«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
ha sido apartado como prior del Valle de los Caídos

El padre Cantera denuncia un ataque planificado para erradicar el cristianismo en Occidente

Santiago Cantera.

El padre Javier Olivera Ravasi, sacerdote argentino conocido por su firme defensa de la fe católica, publica su nuevo libro, La Contrarrevolución cristera. La historia de los católicos que se alzaron contra la persecución. México 1926-1929, una obra que verá la luz el próximo 1 de abril de la mano de la editorial Homo Legens. En él se aborda la persecución religiosa en México durante el primer tercio del siglo XX, no como un simple episodio histórico, sino como parte de un conflicto mucho más profundo: la guerra entre dos cosmovisiones irreconciliables, la católica y la revolucionaria masónica y laicista.

La edición española viene precedida de un prólogo escrito por el padre Santiago Cantera, prior del Valle de los Caídos hasta hace pocos días. En su introducción, Cantera lanza una denuncia clara y directa: existe un deseo sistemático, planificado y feroz de erradicar la Iglesia católica de la vida pública. Un odio visceral que no puede entenderse con criterios meramente humanos, sino como una ofensiva de raíz diabólica contra la fe, el culto y todo lo que representa la Cristiandad.

Cantera traza un paralelismo entre la Cristiada mexicana, el levantamiento de La Vendée durante la Revolución francesa, los mártires del Frente Popular en España y la persecución religiosa en la Rusia soviética. En todos los casos, asegura, el objetivo fue el mismo: la aniquilación total del cristianismo. «Todos ellos aspiraban a la aniquilación total y de raíz de la fe y de la Iglesia», afirma sin ambages. Y advierte de que este patrón se ha repetido una y otra vez a lo largo de la historia reciente, siempre con los mismos actores: el laicismo militante, la ideología revolucionaria y, detrás, la masonería internacional.

El padre Cantera no duda en señalar la inspiración demoníaca de estas campañas de odio: desde los gritos de «¡Viva Satán!» de los federales mexicanos hasta las consignas liberales que en España exaltaban a Luzbel frente a Cristo. Como ya expresara el Papa Pío XI, recuerda el prior, esta lucha forma parte de una batalla escatológica que se libra desde los orígenes del mundo, entre la ciudad de Dios y la ciudad del hombre.

Además, el prólogo aborda otra cuestión clave: la traición interna. Cantera lamenta que, como ocurrió con los Arreglos en México, haya eclesiásticos que pacten con los enemigos de la Iglesia, entregando al pueblo fiel a sus verdugos a cambio de una paz ficticia. Una actitud que no es nueva y que ha causado grandes males a lo largo de los siglos. «Las heridas producidas por los amigos son las más graves», sentencia, citando a san Raimundo de Peñafort.

El libro que presenta el padre Olivera, señala Cantera, no sólo es un aporte riguroso y brillante desde el punto de vista histórico, sino un arma espiritual para entender el presente. La persecución continúa, aunque adopte nuevas formas, y sigue teniendo un mismo origen y un mismo fin: borrar de la faz de la tierra todo rastro de la fe en Cristo.

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