El Papa ha anunciado la convocatoria de un Consistorio el 30 de septiembre para nombrar 21 nuevos cardenales, entre ellos al arzobispo de Madrid, José Cobo Cano, al Rector Mayor de los Salesianos, Ángel Fernández Artime, y al obispo de la localidad francesa de Ajaccio, el español Francisco Javier Bustillo.
Así lo ha pronunciado este domingo el pontífice asomado a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano, tras terminar la oración mariana.
«Me alegra anunciaros que el próximo 30 de septiembre celebraré un Consistorio para el nombramiento de nuevos cardenales. Su procedencia expresa la universalidad de la Iglesia, que sigue anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la tierra. La inclusión de los nuevos Cardenales en la diócesis de Roma, además, manifiesta el vínculo inseparable entre la Sede de Pedro y las Iglesias particulares esparcidas por el mundo», ha asegurado el Papa Francisco.
El Papa Francisco ha advertido este domingo del riesgo de que el corazón «pueda acostumbrarse y permanecer indiferente, o curioso pero incapaz de asombrarse o de impresionarse a las obras de Dios». «Esta es la actitud correcta ante las obras de Dios: fotografiar en la mente sus obras, para que se impriman en el corazón, a fin de revelarlas en la vida mediante muchos gestos de bien, de modo que la ‘fotografía’ de Dios-amor se haga cada vez más luminosa en nosotros y a través de nosotros», ha subrayado.
El pontífice ha proseguido su reflexión sobre el Evangelio asegurando que Jesús nombra a los habitantes de tres ciudades ricas de aquel tiempo: Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm, donde ha realizado numerosas curaciones, pero cuyos habitantes han permanecido indiferentes a su predicación.
«Para ellos los milagros han sido tan solo eventos espectaculares, útiles para ser noticia y alimentar las charlas; una vez agotado este interés pasajero, los han dejado de lado, quizá para ocuparse de otra novedad del momento. No han sabido acoger las grandes cosas de Dios«, ha indicado.
Sin embargo, ha alabado que los pequeños sí saben acoger las cosas de Dios. «Los pequeños son aquellos que, como los niños, se sienten necesitados y no autosuficientes, están abiertos a Dios y dejan que sus obras los asombren. ¡Ellos saben leer sus signos y maravillarse por los milagros de su amor!, ha apostillado.