El Papa Francisco ha reclamado a los responsables políticos que pongan fin a las guerras en Oriente Próximo y en Ucrania, al tiempo que ha advertido a los fieles que no se cansen de rezar por la paz: «No nos cansemos de rezar por la paz, por el fin de los conflictos, por el cese de las armas y por el alivio de las poblaciones extenuadas», ha señalado el Pontífice durante la audiencia general de este miércoles.
En su alocución ante decenas de personas en el aula Pablo VI del Vaticano, el Papa ha recordado que este miércoles se celebra el Día de la Memoria de las Víctimas del Holocausto al condenar que la guerra «es la negación de la humanidad». También ha asegurado que los conflictos bélicos suponen «siempre una derrota» donde los «únicos vencedores son los fabricantes de armas».
Francisco ha denunciado también que desde Ucrania llegan «noticias inquietantes» sobre bombardeos contra civiles. «Pienso en las inquietantes noticias que llegan de la atormentada Ucrania, especialmente en los bombardeos que golpean lugares frecuentados por civiles, sembrando muerte, destrucción y sufrimiento», ha apuntado.
El Pontífice ha dedicado la catequesis de este miércoles al pecado de la avaricia que ha definido como «esa forma de apego al dinero que impide al hombre la generosidad». «La avaricia —ha explicado Francisco— no es un pecado que concierne sólo a las personas que poseen grandes bienes, sino un vicio transversal, que a menudo no tiene nada que ver con el saldo de la cuenta bancaria».
«Por mucho que una persona acumule bienes en este mundo, de una cosa estamos absolutamente seguros: de que en el ataúd no cabrán», ha sentenciado. El Papa ha reflexionado así sobre el «sinsentido» del pecado de la avaricia y ha afirmado que «algunos ricos ya no son libres». «Ya ni siquiera tienen tiempo para descansar, tienen que mirar por encima del hombro porque la acumulación de bienes también exige su custodia».