«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
los 20 andaluces fueron perseguidos por el odio republicano

España tendrá 20 nuevos santos: las víctimas de la Guerra Civil beatificadas por Francisco

Cartel elaborado en conmemoración de la beatificación. Diócesis de Sevilla.

El Papa Francisco beatificará a 20 andaluces el próximo sábado 18 de noviembre. Estos mártires españoles fueron asesinados por defender su fe durante la Guerra Civil. En el verano de 1936 fueron ejecutados sin ningún juicio, después de ser encarcelados por el odio republicano a la fe católica.

Estos 20 jóvenes mártires, entre los que figuran diez sacerdotes, un seminarista y nueve laicos, pertenecían en su mayoría a movimientos de la Iglesia como Acción Católica y la Adoración Nocturna en Sevilla, y fueron perseguidos por impedir, incluso con sus cuerpos, diversos actos contra la fe.

Camino a los altares

Aunque la fama de santidad del sacerdote Manuel González-Serna y sus compañeros pronto se difundió por la capital hispalense, la tarea de recogida de testimonios no comenzó hasta 2012. Fue aquel año cuando el Delegado Episcopal para las Causas de los Santos recogió los primeros testimonios ne pereant probationes.

Tan sólo dos años después, en octubre de 2014 se procedió a la solemne apertura de la causa de beatificación y canonización de los 20 mártires en la archidiócesis de Sevilla. El último paso en el camino a los altares lo dio el Papa Francisco el pasado 22 de junio, cuando aprobó el decreto de martirio de estos católicos españoles asesinados durante la Guerra Civil por «odio a la fe».

La ceremonia en Sevilla

Tras la aprobación del decreto de Francisco, José Ángel Saiz Meneses, arzobispado de Sevilla, ofreció todos los detalles de la beatificación de estos mártires. Tal y como recordó el prelado, los 20 católicos sufrieron el martirio plenamente conscientes de su destino. Según el proceso de beatificación, todos ellos aceptaron morir por la fe.

La celebración de la Eucaristía por la beatificación se celebrará el próximo sábado 18 de noviembre en la Catedral de Sevilla. Una ceremonia que estará presidida, en nombre del Papa Francisco, por el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos.

El sacerdote Manuel González-Serna y sus compañeros

La fama de santidad de Don Manuel fue inmediata. La madrugada del 19 de julio de 1936 fue detenido y llevado a prisión. El sacerdote sevillano fue interrogado y maltratado por su fe católica. Públicamente fue conducido por las calles antes de asesinarlo el 23 de julio de aquel mismo año. En el interior de la sacristía de su parroquia fue ejecutado con dos disparos. En ese preciso lugar fue también asesinada María de los Dolores Sobrino, una feligresa de 68 años que ayudaba a Don Manuel como sacristana.

Parecido fue el martirio de Enrique Palacios y su padre. Este joven seminarista de apenas 19 años regresaba a su casa las últimas semanas de junio de 1936. Tras su primer año en el Seminario, milicianos republicanos lo esperaban, junto a su padre, para asesinarlo. Enrique Palacios y Manuel Palacios fueron ejecutados en la prisión de Cazalla de la Sierra el 5 de agosto de 1936.

Otro de los mártires que será beatificado por la Iglesia es Mariano Caballero. Sacerdote onubense, vio arder la iglesia que tenía encomendada en julio. Escondido gracias a la generosidad de una familia de Punta Umbría, fue apresado por milicianos, que lo llevaron al muelle de Huelva para darle muerte. Frente al joven de 16 años que le disparó, Don Mariano exclamó: «Estoy completamente resignado en las manos de Dios».

Un día antes que Don Manuel fue asesinado el sacerdote José Vigil. El 18 de julio por la tarde fue detenido en su casa. Tras registrarlo y quitarle la cartera, los republicanos vieron que guardaba alguna estampa y exclamaron: «¡Este es beato!». Con un disparo en el hombro izquierdo y otro en el vientre, el sacerdote sevillano agonizó durante más de una hora. Las últimas palabras de este beato fueron: «Yo los perdono como Dios Nuestro Señor perdonó a sus enemigos».

Laicos en defensa de su fe

Los hermanos Mariano y Gabriel López-Cepero fueron ejecutados por su fe. Nacido en 1883, Mariano había sido teniente de alcalde de Cazalla de la Sierra. Fue apresado en julio de 1936 y a comienzos de agosto fue ejecutado junto a su hermano Gabriel. Como entonces relató el coadjutor de Cazalla, superviviente de aquella detención arbitraria, durante los diecisiete días de cautiverio era habitual escuchar de sus labios «frases de filial confianza en la Santísima Virgen». «Mariano era hombre de sólida fe, y de profundas convicciones religiosas, aceptaba las mayores torturas y sufrimientos como voluntad del Altísimo y bajo su constante sonrisa».

Su hermano Gabriel, padre de siete hijos y miembro activo del consejo parroquial, fue también ejecutado el 5 de agosto. Según supervivientes, Gabriel «esperaba el anunciado final sin dejar de ofrecer un testimonio encomiable de fidelidad al Evangelio». Estos dos hermanos, que compartieron celda, hablaban de la cárcel como una «sacristía». Allí rezaban diariamente el Rosario.

Los diez sacerdotes que serán beatificados son: Manuel González-Serna, Rafael Machuca Juárez, Francisco de Asís Arias Rivas, Miguel Borrero Picón, Pedro Carballo Corrales, Juan María Coca Saavedra, Antonio Jesús Diaz Ramos, Salvador Lobato Pérez, Mariano Caballero y José Vigil.

Por otro lado, a los sacerdotes acompañarán en la ceremonia diez laicos, también perseguidos por su fe: Enrique Palacios, Manuel Palacios, Agustín Alcalá Henke, Manuel Luque Ramos, José María Rojas Lobo, Cristóbal Pérez Pascual, Rafael Lobato Pérez, María de los Dolores Sobrino, Gabriel López-Cepero y Mariano López-Cepero.

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