El pasado jueves un incendio devoró un edificio de 14 plantas en el céntrico barrio de Campanar, en Valencia. Poco después de conocer los hechos, mientras los bomberos trabajaban en las labores de rescate y los responsables políticos se reunían para atender la situación, el arzobispo de Valencia monseñor Enrique Benavent reunió un comité de emergencia para movilizar la ayuda para los afectados por el suceso.
Pocos minutos después de que prendiera el fuego, que en pocas horas arrasó con todo el bloque residencial, el vicario episcopal, Emilio Hernández, se personó en el lugar del incendio. Y también a los pocos minutos todos los párrocos del barrio y de las calles colindantes a Campanar recibieron un mismo mensaje: nos necesitan. Hernández acudió entonces al hospital de campaña y allí ofreció ayuda material y también consuelo para los familiares y amigos de las víctimas, impactados todavía por la tragedia.
A esta ayuda se sumó monseñor Benavent, que pidió a todos los sacerdotes del arciprestazgo IX, Mare de Déu de Campanar, que ayudaran en todo lo posible. Las ocho parroquias de la zona todavía continúan con las puertas abiertas para atender a cuantos haga falta, pero el arzobispo extendió la petición a toda la archidiócesis ante la magnitud del incendio. Mediante la cesión de locales y material urgente para todos los afectados, el arzobispado facilitó todos los recursos a la administración.
Un servicio de la Iglesia que también está llegando en forma de plegaria. Tal y como explicó el arzobispo, la Iglesia de Valencia ofrecerá todas las Misas por las víctimas del incendio y todos sus familiares, así como en agradecimiento por la labor de los bomberos y otras fuerzas y cuerpos de seguridad. Toda la semana las celebraciones litúrgicas tendrán un recuerdo especial de las víctimas, al tiempo que las banderas del Palacio Arzobispal ondean a media asta.
Durante la tarde del viernes, además, llegó la solidaridad desde el Vaticano. Por medio del cardenal Secretario de Estado, monseñor Pietro Parolin, el Papa Francisco ha querido mostrar la cercanía de la Iglesia con todas las víctimas: «El Santo Padre sigue de cerca las noticias que llegan sobre el terrible incendio en un edificio de apartamentos del Campanar, en el que ya se cuentan pérdidas de vidas humanas, así como numerosos heridos y desaparecidos», comienza diciendo el mensaje del Santo Padre.
«El Papa Francisco, mientras encomienda el alma de los difuntos a la Misericordia Divina, asegura su cercanía espiritual al pueblo valenciano y a todas las familias de los afectados; y reza al Señor para que les otorgue fortaleza en este momento de dolor y sostenga los trabajos de extinción y búsqueda. Con estos sentimientos, invocando la intercesión de Nuestra Señora de los Desamparados y del patriarca San José, les imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como prenda de esperanza en Cristo Resucitado», zanja Francisco.
