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La Gaceta de la Iberosfera
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el cuerpo del santo fue hallado en la Via Flaminia de Roma en el siglo XVII

San Valentín descansa en España: las reliquias del patrón de los enamorados llegaron a Calatayud en 1638

San Valentín está en España. No su espíritu de enamoramiento y romanticismo, no. Son sus reliquias las que descansan en España desde 1638. En la basílica del Santo Sepulcro de Calatayud se conservan los restos mortales del santo, que llegaron a la Península hace casi cinco siglos como regalo del Papa Urbano VIII a la Orden del Santo Sepulcro.

Desde este pueblo aragonés se llevaron parte de las reliquias al convento de las Canonesas Regulares de Zaragoza y otra a Tobed, pequeño municipio zaragozano de apenas doscientos habitantes. Pero la gran parte de su cuerpo está en la basílica de Calatayud, que cada 14 de febrero recibe cientos de visitas de feligreses para rezar frente al santo de los enamorados.

La historia se remonta al siglo XVII, cuando en unas catacumbas de Roma se descubrieron cientos de restos de santos. Las reliquias entonces descubiertas por la Iglesia se fueron enviando a distintas partes del mundo, para hacer presente en todo el globo la vocación a la santidad. Y en la Via Flaminia de Roma fue hallado el cuerpo de San Valentín, entre los yacimientos de una basílica del siglo IV en la que fue martirizado.

Fue entonces entre los años 1623 y 1644 —todo apunta al año 1638—, durante el pontificado de Urbano VIII, cuando las reliquias llegaron a España de manos de la Orden del Santo Sepulcro, que los hizo llegar a su casa madre en Calatayud, a Toro (en Zamora) y a la iglesia de San Antón, en Madrid. «El cuerpo se dividió en varios relicarios y aquí en Calatayud se conservan en una arqueta de madera de ébano traída de México por José Cubel Liñán», ha explicado el párroco de la basílica del Santo Sepulcro, el padre Javier Sanz. 

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