«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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TRIBUNA | HERMANN TERTSCH |

3 de octubre de 2023

Fundación Disenso, en defensa de la Verdad

El presidente de VOX y la Fundación Disenso, Santiago Abascal. Flicker

Durante este año, la alianza forjada entre los voceros del Partido Popular y todos los medios públicos y privados afines al Gobierno nos ha hecho testigos de las cotas más grotescas de la campaña mediática contra VOX.

Pero muy a pesar de la ingente cantidad de medios de los que disponen estas grandes factorías transversales de ficción, con VOX las cosas no acaban de salirles bien. Primero apareció la manida invocación al «fascismo». Del todo inútil por burda, manida y falaz. Ya en mitad de la contienda electoral, llegó el engaño del «voto útil». Que demostró serlo, sí, pero para regocijo de Sánchez. Y antes, durante y después, esa presencia fantasmal del tan cacareado Yunque. Algo que nadie, ni ellos mismos siquiera, se creían ni sabían explicar. Como tal, también ineficaz. Y así, tenemos de nuevo a los directores de esta orquesta trabajando sobre la siguiente pieza.

Ahora le toca el turno a la Fundación Disenso, un fenómeno rarísimo por brillante y sólo comparable a aquel milagro político maravilloso que fue la irrupción de VOX en el escenario político de España, cuya labor formativa y de pensamiento, su tarea en el establecimiento de lazos y sinergias en la esfera política conservadora y su compromiso en la lucha anticomunista son aplaudidos en todo el mundo. Frente al consenso corrupto y tramposo, disenso valiente e inteligente. Disenso es el mayor éxito cultural de España en décadas. Un baluarte político e intelectual que defiende a ambos lados del Atlántico de forma inquebrantable libertades, principios y verdades inmutables.

Resulta lógico, por tanto, que moleste y obsesione al Foro de Sao Paulo, al Grupo de Puebla, al crimen organizado y a todo el elenco de dictadorzuelos asesinos de Iberoamérica. Porque junto con La Gaceta de la Iberosfera y Foro Madrid, la fundación lleva tres años constituyendo el más eficaz enemigo de esa trama narcocomunista multinacional que tiene entre sus socios a los partidos del Gobierno español. Estos ya no ocultan su participación en estas multinacionales del narcotráfico y la subversión antidemocrática comunista.

Lo que puede resultar más sorprendente es que ahora también reciba los ataques de quienes jamás quisieron o supieron dar estas luchas. Fundaciones como FAES, Adenauer, Naumann y otras, cuyas letanías moderantistas financiadas gracias a votos conservadores en Europa sólo legitiman el rodillo ideológico de la izquierda narcoguerrillera en Iberoamérica, están alarmadas ante el empuje y la firmeza conservadora de Disenso y su eco en la comunidad política e intelectual de todos aquellos países. Hasta el punto de retirar ayudas a la derecha iberoamericana que aúna fuerzas con la fundación en su batalla contra el avance de la izquierda criminal.

Ahora cargan contra los millones que VOX destina a la Fundación Disenso para cumplir con el objetivo esencial en la batalla cultural para revivir el pulso intelectual y moral de la derecha. Quizá porque los millones que se han gastado el PP y otros, desde luego, sólo han servido para lo contrario, para ayudar a la izquierda a enterrar mensaje, razones y defensa de la nación española. Sólo hay que ver los pasados 35 años de política cultural del PP en el Gobierno de España, autonomías y municipios, con la promoción sistemática de los mensajes de la izquierda, incapaz por cobardía de defender una agenda propia.

Los ataques también se disparan por quién preside de la fundación. Pues Santiago Abascal es presidente de VOX y de Disenso como exactamente igual que José María Aznar lo fue del PP y de FAES. Otros partidos usan su dinero para la promoción de líderes y reparten cargos a modo de premio en una vida política de dontancredismo y legitimación de la izquierda posicionada contra España, la libertad y nuestra civilización.

Pretenden alimentar la miserable y peregrina idea de que Abascal, que por convicción se juega la vida desde niño, es un arribista en la política para medrar con amigos. Habría que reír ante la canallada. Pero mentiras tan burdas como esa acaban siendo erigidas en verdad oficial intocable en una España que vive bajo el miedo al rodillo de los medios obedientes a la batuta psicópata y traidora.

En la vida de todo partido hay desafectos, reveses y frustraciones. Sánchez fue expulsado como delincuente de Ferraz en la acción más digna que se conoce al PSOE, sólo empañada por no desterrarle de manera definitiva. De las guerras del PP mejor no hablar. Poco pozo de miseria moral hay más hondo.

Sin embargo, los desafectos en VOX con ser menores son magnificados hasta el esperpento por el coro transversal. Unos pocos cambios en la lista del 23J de VOX sirven para una delirante teoría de banderías y sectas. Al tiempo, el PP cambia toda su lista y purga el gobierno en Madrid y nadie comenta.

Por tanto, la consigna es ocultar todo lo que refleje la verdad y la fuerza encarnada por VOX. Sean los mítines más grandes en campaña, los éxitos de Foro Madrid en América contra el narcocomunismo o discursos inolvidables, como el dado por Abascal el viernes 29 de septiembre en el Congreso de los Diputados, que todo el periodismo se encargó de ocultar. Porque fue un hito en la historia parlamentaria española. Pocos españoles se enteraron. Si VOX recibiera un trato no ya equitativo, solamente mínimamente honrado en los medios, saben muy bien muchos dónde estaría. Por eso lo impiden con obscena constancia censora.

En definitiva, sabemos que la campaña de descrédito sigue y seguirá en marcha. Usarán toda forma, legal o criminal para intentar acabar con VOX, la única fuerza que no colabora en la gran estafa del cambio de régimen, la destrucción de la nación y la Agenda 2030. Mientras el PP, aunque tuviera 186 escaños, sería, otra vez como en nefastos tiempos de Mariano Rajoy, el más fiel ejecutor de la agenda progresista. Sólo VOX molesta a los planes de destrucción de España.

Muchos proyectos de autodefensa nacional y reacción conservadora han sido asfixiados en Europa en pasado lustros con la eficaz cooperación de la izquierda, el moderantismo de los usurpadores del voto conservador y las terminales mediáticas sincronizadas para abortar alternativas políticas reales. Pero ahora llegan tarde y lo que está en crisis es su consenso. Lo que se agrietan son sus planes que hace apenas unos años creían sin alternativa.

Las fuerzas patrióticas gobiernan cada vez más países. En Hungría, Polonia, Italia, Finlandia, Suecia, Alemania, Francia, Austria o Rumanía representan ya la primera o segunda fuerza política. Ante esto, el proyecto globalista que dicta las políticas de los partidos del consenso tiene prisa porque tiene miedo. Hay miedo a que la reacción ya masiva por Europa contra la ideología socialista, centralista y a la postre totalitaria le inflija una grave derrota en junio en los comicios europeos. Sería el primer gran parón a la política globalista, la primera gran piedra en el camino al avance de su rodillo progresista. ¿Adiós Agenda 2030? ¿Se acabó el Pacto Verde que sólo trae controles, falta de libertad, injerencia, ingeniería social, multas, persecuciones, altos costes y escasez? Imaginen.

Por eso, ahora más que nunca, es nuestro momento, el momento de la verdad y de la esperanza. Frente a los campeones de la conveniencia, la mentira, la resignación y la cobardía. Los españoles que con VOX hemos decidido participar en la dura, difícil y tantas veces ingrata labor de defender en España la verdad, la libertad y la unidad de la nación como un legado irrenunciable a ceder a nuevas generaciones, hemos de tener la firmeza del soldado ante el fuego y la desinformación del enemigo.

VOX y sus aliados tienen razón. Son la única opción que rescata y preserva para el futuro la mejor civilización humana frente a quienes la desmantelan para generar seres deshumanizados y comunidades sumisas sin identidad ni espíritu. Defienden al ser humano frente a la ideología —muy disfrazada— que lo desprecia. Si nos fusilaran a todos, pronto seríamos tantos o más que ahora. El espíritu humano y la verdad sufren, pero no mueren. Su único gran testigo y defensor en esta hora dramática de España es VOX.

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