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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Biblioteca

Artículo publicado hoy en el Diario Ideal edición de Jaén, página 31

Leo en nuestro diario que se cumplen cuarenta años de la Biblioteca Pública Provincial, situada en la calle Santo Reino. Se ha programado un abanico rico, colorista y participativo de actos abiertos a todas las edades. Es de agradecer tal conmemoración, pero conviene recordar que en la ciudad y provincia de Jaén disponíamos de esa Biblioteca Pública Provincial desde hace muchos años más atrás. No recordarlo huele a desconocer la historia, o a desear apropiarse de la parte que interese a quien sea.

Desde el siglo XIX existe en Jaén una Biblioteca Pública Provincial. Estuvo instalada en las dependencias bajas del viejo Instituto de Enseñanza Media, situado en la calle Compañía, actualmente Conservatorio de Música. Aquel viejo caserón que da a tres calles fue la única sede que los jesuitas tuvieron en Jaén, desde comienzos del siglo XVII, cuando llegaron hasta nuestra ciudad.

Tras la desamortización de Mendizábal, en el año 1836, la casa y la capilla adjunta bajo el titular de San Eufrasio, pasaron a formar parte del ministerio de Instrucción Pública, quien abrió el primer Instituto de Enseñanza Media, a cuyo frente estuvo el gran sacerdote don Manuel Muñoz Garnica, dando espíritu humanista a los primeros estudiantes que entraron por aquellas puertas. Dentro del edificio estuvo la Biblioteca Pública Provincial, donde acudían alumnos y público de la ciudad y la provincia.

En la segunda mitad del siglo pasado quien firma este campanario entraba a diario en la Biblioteca por razones familiares y del vicio eterno de lector empedernido. Allí conocí a un director por sabiduría y conocimientos llamado don Melchor Lamana Navascués, un viejo conocedor de libros y papeles viejos de archivo, pues dirigía, a la vez, el Archivo Histórico, situado en la calle Julio Ángel.

Durante el mandato de este director, y con la ayuda de todos los trabajadores de aquellos años, fue cuando se proyectó el edificio actual de la calle Santo Reino. Se hizo el traslado de los viejos fondos de la rica Biblioteca, donde yacen libros procedentes de donaciones de vecinos de Jaén, y de adquisiciones e intercambios dentro de la administración del Estado español, a cuya estructura pertenecía toda la gestión del centro bibliográfico, que ahora cumple cuarenta años en su actual casa.

Sirva esta propia experiencia personal como contribución a la conmemoración que será los días 3 y 4 del mes que comenzamos mañana. Es justo recordar a todas las personas que dejaron sus horas de trabajo en la Biblioteca, entre ellos estaba mi padre, que no alcanzó a conocer el traslado completo, pues Dios lo llamó a su Casa celestial unos meses antes, y aquella señorita, oficial bibliotecaria, que llevaba los fondos de libros en la propia cabeza, aunque existían los ficheros correspondientes. Ella estuvo en todo.

Tomás de la Torre Lendínez

 

 

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