El mismo día que conocemos que el Rey se baja el sueldo, aplicando un criterio que parece de lo más sensato y correcto y que según las explicaciones oficiales consiste en aplicarse unos emolumentos que hagan que sea quien más cobra entre las altas instituciones del Estado y, también, quien menos percibe entre los diferentes jefes de Estado, seguimos esperando la reacción de ‘Podemos’ con referencia a su padre intelectual, Monedero, nos encontramos con la actuación por sorpresa del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, fulminando a Tomas Gómez y su ejecutiva a la luz de las muchas dudas en su actuación cono alcalde de Parla.
Con más sombras que luces, en Cataluña no dimite nadie y en Andalucía siguen pillando presuntos cacos a mansalva, se nota cierta reacción de los poderes públicos para apartar de sus rebaños a alguna que otra oveja de tez más bien oscura. Lo más curioso es que los teóricos portavoces de la calle, los de Podemos, para exigir comportamientos transparentes en los servidores públicos, se resisten a aplicar su propia medicina, ¿se consideran inmunes, acaso intocables o injuzgables o simplemente son tan vacíos que pueden respirar en la contradicción?
No entiendo nada. Todos estos gestos sin duda pueden obedecer a un real cambio de planteamientos en la realización de la función pública o bien se pueden explicar simplemente por el efecto Podemos y el miedo a que estos advenedizos les limpien la cartera de votos. ¿Cambio real o efecto ‘Podemos? ¿Alguien me lo explica?
