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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

¿Cómo aliviar los dolores crónicos provocados por la fibromialgia?

Dolor crónico en el aparato locomotor, cansancio, alteraciones del sueño, depresión, rigidez en las articulaciones… En los últimos años la fibromialgia ha irrumpido en numerosas familias españolas, convirtiéndose en un problema de salud pública. Hasta hace relativamente poco tiempo ni siquiera existía un acuerdo en la comunidad científica sobre la enfermedad, por lo que hasta era complicado para los pacientes leer más sobre la fibromialgia.
La Sociedad Española de Reumatología elaboró un documento donde se estableció un consenso sobre la enfermedad: establecer las principales directrices para llegar al diagnóstico y explicar las diferentes modalidades terapéuticas conocidas.

¿Quién es más propenso a sufrir la fibromialgia?

Según los últimos estudios la fibromialgia afecta a entre un 2 y un 3% de la población española mayor de 20 años. Las mujeres sufren más la enfermedad, un 4,2% de ellas frente al 0,2% de los hombres. Está presente en todos los grupos de edad, no obstante, su prevalencia es máxima entre los 40 y los 49 años. Lo más curioso es que casi el 75% de las personas que sufren fibromialgia no están diagnosticadas.
Las causas de la fibromialgia no están muy claras, por lo que no se pueden proporcionar consejos para evitarla. Se cree que se puede deber a una alteración de determinados neurotransmisores del sistema nervioso. Así mismo, el factor genético también tiene gran importancia ya que, según el Documento de consenso de la Sociedad Española de Reumatología sobre la fibromialgia, el riesgo de padecer la enfermedad entre los familiares de los pacientes de fibromialgia es 8,5 veces mayor que en otras poblaciones.

Los síntomas de la fibromialgia

El dolor en los músculos, en las articulaciones y en los huesos son los síntomas más característicos. Habitualmente son dolores fuertes, a veces sordos y a veces ardientes, en los denominados puntos gatillo. Estos dolores son característicos de la enfermedad, pues se puede tratar de un dolor por estímulos no dolorosos o un dolor mayor de lo habitual que presenta persistencia. Así mismo, el dolor se puede propagar por distintos puntos del cuerpo y producirse tanto de día como de noche, pudiendo prolongarse durante años.
Además de estos dolores, la fibromialgia también tiene otros síntomas, como fatiga y cansancio, dolores de cabeza, trastornos del sueño, rigidez matutina, hinchazón de extremidades y de cara e, incluso, deterioro cognitivo.

¿Cómo tratar la fibromialgia?

Según los últimos estudios el tratamiento a aplicar a los pacientes de fibromialgia debe estar personalizado a cada individuo y debe ser multidisciplinar. De este modo, la Sociedad Española de Reumatología recomienda el uso de tratamientos farmacológicos, ejercicio físico, tratamiento psicológico y tratamientos complementarios.
En el campo de los tratamientos complementarios destaca la andulación, una tecnología que combina vibraciones específicas y calor por infrarrojos para ayudar a mitigar el dolor crónico provocado por la fibromialgia y otras patologías.
La compañía HHP Spain, dedicada al bienestar, la salud y el cuidado personal ha realizado diferentes investigaciones para desarrollar una  tecnología sanitaria para el alivio del dolor crónico. Se recomienda a los pacientes que sufran de fibromialgia que busquen más info sobre la empresa para analizar los tratamientos que ofrecen.
En el campo de los tratamientos farmacológicos, es necesario recalcar que su utilización está orientada a la mejoría de aspectos parciales, esto es, a mitigar los dolores crónicos. En la actualidad no existe ningún fármaco que cure la fibromialgia.
En este sentido, los profesionales médicos recomiendan la utilización de relajantes musculares para mitigar el dolor y mejorar el sueño y el descanso. No obstante, su efecto se atenúa con el paso del tiempo. Así mismo, también se acostumbra a recetar antidepresivos, consiguiendo una mejoría moderada en el dolor, la calidad del sueño y la sensación de bienestar. Con todo, el uso de antidepresivos no reduce el dolor en los puntos gatillo.
El ejercicio físico también se recomienda en el tratamiento de la fibromialgia. Diferentes ensayos clínicos han demostrado que la natación, bicicleta, ejercicios de suelo o danza han tenido efectos beneficiosos mitigando los síntomas de la enfermedad. Según la Sociedad Española de Reumatología el ejercicio mejora la capacidad aeróbica y la presión dolorosa en los puntos de dolor de los pacientes.
Además de mitigar el dolor, el ejercicio físico aeróbico contribuye a mejorar la salud mental en términos generales, el grado de ansiedad y el impacto global de la fibromialgia en la vida de los pacientes. No obstante, la fatiga, la función física y los síntomas de depresión no mejoran con la práctica del ejercicio.
Por último, los tratamientos psicológicos contribuirán a controlar los aspectos emocionales de la ansiedad y la depresión causados por la fibromialgia. Así mismo, también se prestará atención a aspectos cognitivos, de conducta y sociales que no hacen más que agravar el cuadro clínico de las personas que sufren fibromialgia.
Los tratamientos deberían ser multidisciplinares y tienen que realizarse siempre bajo supervisión y prescripción médica. Aunque de momento no exista una cura para esta enfermedad, poco a poco aparecen más tratamientos para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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