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La revista francesa Valeurs Actuelles acuñó el término ‘conquista silenciosa’ para referirse al proceso de islamización que están sufriendo algunos países europeos como Francia y que podría ser perfectamente exportable a España.
Se trata de ir penetrando poco a poco y siempre de manera sigilosa. Se levantan megamezquitas, se empuja a la población musulmana a emigrar a estas naciones europeas y, sobre todo, se invierten ingentes cantidades de dinero en la propagación de su fe.
Los siguientes datos podrían aportar luz sobre esta conquista, diferente en forma y fondo de la reivindicación que históricamente han entonado los grupos terroristas de corte yihadista.
Los musulmanes han llegado a nuestro país no solo a través de vías ilegales (saltos a las vallas de Ceuta y Melilla o en patera por el Mediterráneo). Incluso antes de la Alianza de Civilizaciones impulsada por Zapatero -y sus conocidas consecuencias migratorias- y el boicot permanente de la Unión Europea y de algún magnate como Soros a las fronteras, ya había alguna región española que facilitaba la llegada de población islámica.
“Es más difícil integrar a un latinoamericano que a un andaluz; […] y más que a un marroquí, religión aparte”. Son palabras de Jordi Pujol en 2008 que hoy cobran especial relevancia. Así, bajo este pretexto, el nacionalismo ha facilitado la llegada de musulmanes a su tierra. La tesis separatista es muy sencilla: la falta de lazos de la población musulmana con España haría más fácil su seducción por el independentismo, a diferencia de los hispanoamericanos.
Qué decir de la natalidad. La tasa es ampliamente superior entre la población musulmana. Según un nuevo análisis demográfico se estima que en 20 años el número de nacimientos de musulmanes superará al de los cristianos en Europa, pese a que estos últimos todavía son el grupo religioso más grande en el mundo.
A esta conclusión llegó el estudio elaborado por Pew Research Center con datos entre los años 2010 y 2015, que precisa que los musulmanes tienen el mayor índice de incremento poblacional, la tasa de fecundidad más alta y la media de edad más joven que cualquier otro grupo religioso en el mundo.
Fernando Cembrero explica en su libro ‘’La España de Alá’’ que la construcción de mezquitas ha crecido un 20% en los últimos años. Y ya ni los símbolos y monumentos españoles están exentos de la conquista: ‘’El jeque de Qatar Tamim Hamad Al Zani también se ha ofrecido a comprar la plaza de toros de La Monumental de Barcelona para convertirla en la mezquita más grande de Europa’’, apunta el citado artículo.
Mientras tanto, el número de iglesias se mantiene estable cuando el 70% de los españoles -según el último CIS– se confiesa católico.
Desde que el Estado apuntalara sus relaciones con las monarquías del Golfo Pérsico ha habido una auténtica proliferación de mezquitas. Naciones confesionales, en las que el islam es la ley, han estado financiando la construcción de templos en toda Europa, siendo España uno de sus lugares predilectos, e importando su visión más radical de esta fe. Eso sí, sin acuerdo de reciprocidad. Ninguno de ellos alberga iglesias católicas,
Arabia Saudí es el principal financiador. ‘’En 1985, sólo con su propio dinero, el reino saudí abrió el Centro Cultural Islámico de Madrid, la mezquita más grande de Europa, seguida del Centro Islámico de Málaga, que los saudíes financiaron con 22 millones de euros (hoy la región de Madrid tiene 112 mezquitas y centros culturales islámicos)’’, explica Gatestone Institute.
La mezquita de la M-30, el proyecto megalómano por antonomasia del islam en España, ha estado últimamente bajo sospecha. Tal y como publicada hace unos meses La Gaceta, tras los atentados yihadistas en Cataluña, la Policía ha extremado su vigilancia en varios templos, incluido el de la capital.
Según el último informe de la Asesoría de Inteligencia y Consultoría de Seguridad -de 2016-, en España existen unas 800 “mezquitas encubiertas”, que son centros de reunión para la oración claves para las actividades de captación y reclutamiento. Suelen ser bajos de edificios, garajes, locales o trastiendas de comercios que no están reconocidos como centros de culto oficial y que son liderados por imanes que no están supervisados. En uno de estos edificios encubiertos operaba el imán de Cambrills, considerado el cerebro de los atentados en la región catalana.
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