Cuando se cumplen diez años de la matanza de los inocentes en los trenes saltados por los aires en Madrid, se impone una reflexión serena:
1.- Aquellas personas hicieron nada que justificara aquel acto terrorista. Eran inocentes que iba a su trabajo o lugar de estudio.
2.- Desde el comienzo la Iglesia Católica se puso al servicio de todos los necesitados: muchos sacerdotes voluntarios se prestaron a servir de confesores y administradores del sacramento de la Unción de los enfermos.
3.- Los servicios de Cáritas estuvieron disponibles durantes aquellos días, meses y años ayudando como necesitaban las víctimas.
4.- Nunca me he creído la versión oficial, porque siempre encontré muchas mentiras, muchos silencios cómplices, e infinidad de cuentos.
5.- Desde aquellos días, España cambió como se le da la vuelta a un calcetín.
6.- Quienes ahora afirman que nada cambió son los mismos que se beneficiaron de aquella masacre de inocentes.
7.- Hoy pido a los lectores una oración por el eterno descanso del alma de los difuntos y para que el Señor ayude a todos los heridos inocentes que aún viven.
8.- Vivo confiando en que algún día a los autores intelectuales los veamos entrar en la cárcel para que paguen por aquel golpe de régimen que se produjo aquella mañana de hace ahora diez años.
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Tomás de la Torre Lendínez