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En la época estival aumenta la radiación solar y debemos proteger nuestros ojos. A la hora de elegir unas gafas de sol influyen múltiples factores y usar gafas demasiado claras u oscuras o de mala calidad puede suponer graves consecuencias para la salud de nuestros ojos.
Las radiaciones ultravioletas que recibimos del sol representan tan sólo el 7 % del total que percibimos, y sin embargo, son las más dañinas. Éstas son las culpables del envejecimiento de la piel y de los ojos. Con la llegada del verano protegemos la piel pero solemos olvidar la importancia que tiene cuidar de nuestros ojos con unas buenas gafas de sol.
El doctor Juan Gros, Especialista en Córnea y Cirugía Refractiva de la Clínica Rementería, explica que el uso de lentes y otros elementos con filtro UV es importante tanto en los adultos como en los niños.
El doctor Gros explica que el color de los cristales de las gafas de sol no se debe tratar de una cuestión de moda. En cuanto a la tonalidad hay distintos niveles que van del 0 al 4, de menos a más oscuro y de menor a mayor protección. Lo más común es utilizar gafas con protección 2-3 salvo que la persona tenga fotofobia o una especial sensibilidad a la luz.
El doctor afirma que “de hecho, la utilización de gafas de sol con cristales demasiado oscuros que no tengan filtros ultravioleta puede ser perjudicial, dado que en condiciones de menor luminosidad, la pupila se dilata permitiendo la entrada de más radiación ultravioleta en el interior del ojo”. Por ejemplo, el gris neutro, el marrón y el verde permiten una mayor calidad visual al interferir lo menos posible en la percepción de los colores.
Desde el punto de vista de la salud, a la hora de comprarse unas gafas los filtros que deben conocerse de unas gafas son los filtros ultravioletas y los de luz polarizada.
Los filtros ultravioletas bloquean la radiación ultravioleta que es dañina para las estructuras oculares mientras que los de luz polarizada intervienen eliminando los reflejos y así logran mejorar la calidad visual.
El doctor Gros nos avisa que “el problema de las gafas de sol ‘de los mercadillos’ radica en que estas lentes no se ciñen a la legislación europea –debe tener la marca CE- que regula las características adecuadas de las gafas de sol, quedando por lo tanto expuestos a los efectos secundarios de una protección inadecuada”. Se recomienda acudir a centros que nos garanticen un buen material porque a simple vista no podemos saber qué gafas son de buena o mala calidad.
Las recomendaciones para los niños son las mismas que las anteriormente citadas para los adultos respecto a los filtros que necesitan. Hay que tener cuidado y estar pendiente de que los más pequeños de la casa no utilicen gafas de juguete como protección porque puede aumentar el riesgo de daño por la falta de filtros adecuados.
Pero, más importante que el uso de gafas de sol en los niños es el uso de cremas con fotoprotección y gorros porque su piel y sus ojos aún no se han terminado de desarrollar por completo y presentan un mayor riesgo de complicaciones a largo plazo debido a la exposición solar.
Juan Gros nos recuerda que no sólo es importante cuidar de nuestros ojos en esta época del año sino que “estas recomendaciones generales son aplicables a actividades al aire libre a lo largo de todo el año, dado que la exposición a luz ultravioleta existe siempre que permanezcamos en el exterior, incluso en días nublados, dado que la radiación ultravioleta puede atravesar las nubes”.
