Terminó la visita relĆ”mpago del CĆ©sar Obama a EspaƱa. Dos dĆas se han convertido en uno, por mor de un salvaje atentado en Dallas; el viaje se redujo en la parte mĆ”s lĆŗdica, lo que es de agradecer. No deja de ser curioso que las visitas de mandatarios norteamericanos se produzcan con cuenta gotas en un territorio que pocas veces les ha sido hostil. Es evidente que la buena relación entre EspaƱa y Estados Unidos es deseable y, para que sea fructĆfera, hay que cultivarla a ser posible, como toda relación internacional, independientemente de quien mande en ambos paĆses.
Obama se reunió con quien tenĆa que reunirse y lo que ha trascendido indica que āvamos bienā. Curiosamente la despedida de Obama frente a los suyos fue un āDios bendiga a AmĆ©rica y que āDios bendiga a EspaƱaā, lo cual no es mal deseo. PodrĆamos suponer que despuĆ©s de entrevistarse con quien ese entrevistó, solo se le ocurrió recurrir al altĆsimo para lograr el milagro de que con estos personajes EspaƱa levante cabeza o permanezca unida o consiga un gobierno normal o simplemente funcione. Pero tambiĆ©n podrĆa obedecer sin mĆ”s a una cierta visión trascendente, tan propia de un paĆs que no hace ascos a la existencia de Dios aunque muchas veces no le haga ni caso.
No entiendo nada. ĀæPor quĆ© en EspaƱa es un problema mentar a Dios? Anda, que como exista, lo cual es mĆ”s que probable, muchos habrĆ”n hecho mĆ”s que el ridĆculo, Āæno crees? ĀæAlguien me lo explica?