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La archidiócesis de Los Ángeles ha tomado la decisión de vetar la participación de esta monja en el congreso de la educación católica. Ella lo supo varias semanas antes del acontecimiento, pese a todo la interesada por dar el escándalo se presentó en la ciudad angelina.
¿Quien paga estos viajes a una monja como ésta?
Si es la comunidad en la que no vive, el resto de monjas están mal de la cabeza.
Si es una sombra oscura, ¿quién está tras esa sombra?.
Llega a Los Ángeles, la Forcades, intenta hacerse la no conocedora de su veto, y le plantan en su cara:
«Me dijeron que consideraban mi teología demasiado avanzada para este Congreso».
La pobre sola y andariega entre los rascacielos encuentra un periodista de una emisora de radio local que le ha hecho una entrevista, donde ella cuenta su aventura.
Felicito al obispo de Los Ángeles por su valentía. Otros obispos españoles deberían aprender de esta decisión.
Tomás de la Torre Lendínez