«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La Guerra Civil no fue contra el comunismo (sólo)

«Ridículo parecería quien quisiera poner en duda que en España se lucha contra el comunismo. Aunque no lo lleguen a ver claro algunos católicos del lado allá de los Pirineos. Basta abrir los ojos, para darse cuenta de ello. Basta mirar a la zona roja, recordar sus crímenes, sus agentes y directores, los gritos de combate, hasta los símbolos y banderas. Basta evocar los pueblos y regiones libertadas por nuestras invictas armas, donde hasta las piedras hablan de la barbarie comunista que por allí pasó.

 

Y, sin embargo, dar la gloriosa cruzada española pura y simplemente como una lucha contra el comunismo, es por lo menos establecer un equívoco. El comunismo, sobre todo el comunismo ruso, que ha sido el trasplantado a España, es la última forma histórica que ha tomado la apostasía general del hombre y de las naciones frente a Dios. Una forma todo lo aguda que se quiera; pero una forma, nada más, de esa apostasía oficial. España lucha contra el comunismo, porque lucha hoy; y hoy el comunismo es la forma más saliente de esa apostasía general. Pero sería empequeñecer y destruir el sentido profundo de la gran cruzada española, interpretarla como una oposición a esa forma por lo que tiene de extrema, que es secundario; no por lo que tiene de apostasía, que es fundamental.

La razón es inmediata. Si ése fuera el sentido de nuestra cruzada, bastaría desterrar la ruda forma del comunismo ruso, y habríamos conseguido plenamente lo que buscábamos. Cualquier forma menos avanzada de menos estridencias sería aceptable para España. Busquemos un comunismo de líneas más comprensivas, un socialismo moderado, una república laica conservadora, un estado liberal tolerante y respetuoso… Cualquiera de esas formas no será el comunismo que está asolando la zona roja. Cualquier será buena. Pero es que en España a nadie cabe en la cabeza semejante aberración. Otros son, por dicha, los aires que respira la nueva España. ¿Por qué? Porque a algo más grande han mirado nuestros mártires y nuestros héroes; porque todas esas formas coinciden en una esencia común, a pesar de sus matices diferentes; porque en el fondo, seguiríamos viviendo en la apostasía oficial de Dios, ni más ni menos que viven en ella los rojos contra quienes luchamos

Es decir, que España se ha levantado contra el laicismo, contra el liberalismo, contra la apostasía general del mundo, contra la negación oficial de Dios en las naciones, cualquiera que sea su grado y forma. Contra el comunismo, sin duda; porque es la forma concreta que prendía en España cuando surgió el Movimiento. Pero igualmente contra el socialismo, contra el liberalismo, contra el laicismo. España se ha alzado para poner término a un proceso histórico que arranca en el protestantismo y se va desenvolviendo hasta el bolquevismo, y que no es otra cosa que la negación oficial, metódica, paso a paso, de los derechos de Dios. (…) Si España se va heroicamente desangrando en mil campos de batalla, es para quebrar de una vez la línea histórica de esa apostasía oficial. Se trata de volver a Dios oficialmente; se quiere cerrar el paréntesis y empalmar de nuevo con el Estado que acata y defiende los derechos políticos y sociales de Dios»

Padre Aldama S. I. Año 1938. Revista Razón y Fe.

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