Un Papa que se precie y una grey católica fiel a su Pastor, podrían aniquilar las leyes del aborto, las leyes pro-usura, las leyes que permiten el trabajo los domingos, y en fin, todas las leyes del laicismo liberal. El Vicario de Cristo está por encima de los presidentes de las naciones cristianas. Esto es doctrina católica común (hasta Pablo VI, cuando abandonó su tiara pontificia y quedó en manos de Norteamérica) y aparece recogida por la Escuela de Salamanca, o mejor dicho, por la Escuela Católica Hispánica con enorme acierto y mimo.
«Si las leyes civiles o los juicios seculares fomentan los pecados u ofrecen ocasión para ellos, puede el Pontífice declararlos nulos o también anularlos, como muy bien dijo Vitoria»
Padre Francisco Suárez S.I.
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