«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

II Crónica Viajera: “Roadtrip” por el Centro de México. 2ªEtapa, Parte Tres.

De vuelta a la actividad narrativa tras una serie de viajes-entre ellos el que vamos a describir en estas tres etapas-, nos disponemos a adentrarnos en el México auténtico, en esta Segunda Crónica Viajera, en El Viajero Incansable.

 Queridos lectores:

 Continuamos con este capítulo viajero saliendo de Jalisco Norte a través de Los Altos hasta llegar a San Luís Potosí, vía Guanajuato.

 Día Cinco. Entre Altos, agave, ríos verdes y medias lunas: Llegada al Estado de San Luís Potosí y buceando a 12 metros de la superficie de un manantial.

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Queridos lectores, bienvenidos a la Huasteca Potosina en esta tercera etapa de la crónica mexicana. En la imagen de GoDron, el dron de Andrés Gómez Orea sobrevuela la cascada de Tamul.

Amanece de nuevo en Zapopan, Guadalajara; es muy pronto por la mañana, y hay que aprovechar el día. Bajamos apresuradamente las maletas al hall y desayunamos fuerte, para variar. Es todo un lujo. La calle Tlahuac recién despertada es un ir y venir de mochilas, sacos de dormir y toallas. Vienen los amigos de mis amigos los Gómez, Yusef Kanchi, mexicano de origen libanés y Andrés. Diego llega al día siguiente por trabajo. Una vez nos instalamos, nos despedimos de los padres Gómez y salimos Norte dirección aeropuerto-Altos de Jalisco, que pronto estamos ya cruzando. Es el granero de México, se produce una buena parte de su agricultura y ganadería: Está el mejor agave para hacer el Tequila, hay una producción enorme de quesos, huevos… Se ven las grandes naves de producción y los campos de agave, una especie de palmera-cactus pequeño.

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Recorriendo del Estado federal de San Luís Potosí.

Por la carretera de cuota (peaje) que no es nada barata la verdad seguimos hacia San Luis Potosí ciudad. Paramos brevemente a ver dos amigas de los Gómez, que viven cerca de la carretera. Son gemelas, muy deportistas y bastante guapas. Cuando estamos hablando los seis que vamos en el coche familiar con ellas sale el padre a hacer recados. No sé si le habrá hecho mucha gracia ver a seis cabestros hablando con sus dos hijas. Aunque pintas de babosos tampoco tenemos. Paramos más adelante a tomar unos tacos buenísimos y tirados de precio en un bar de carretera al aire libre, con unos cafés. Seguimos por el Estado de San Luis y llegamos, por fin, después de interminables rectas a la americana y curvas a lo selvático a Río Verde, por donde empieza la Huasteca. En una gasolinera nos encontramos con la furgoneta y los monitores de la empresa que nos organiza el primer plan de mediodía: El buceo por un manantial precioso. Conocemos a los monitores brevemente tras presentarnos y recorremos un camino lleno de charcos gigantes (ha sido época de lluvias hasta hace nada) hasta llegar al manantial de la Media Luna. 6.000 litros por segundo saca este pequeño lago del fondo, agua proveniente de aguas subterráneas. Hay 3 especies endémicas de peces y tiene una pequeña población de tortugas galápago.

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Los buceadores amateur escuchamos al guía senior Serafín, a orillas de la laguna de la Media Luna.

Mientras colocan el material de buceo y llenan las bombonas los monitores, Serafín, nuestro guía debajo del agua nos da un pequeño y rápido curso sobre buceo, el tema aparatos, oxígeno, despresurización y demás. Hacemos unas pruebas y en poco hemos aprendido perfectamente. Al rato estamos en medio del lago, a 10 metros de profundidad, mandándonos señales de “OK” o “todo bien” tal y como el amigo Serafín nos ha enseñado. El agua es bastante cálida y se hace muy cómodo. Nos hacemos mil fotos, hasta una de familia sentados en un tronco a unos cuantos metros. Vemos como hay unos agujeros en el suelo, con pequeños túneles, por donde pasa el agua.

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Fotografía antes de la inmersión. Nótese la transparencia del agua.

Con esta experiencia, de cristalinas aguas, de flora y fauna subterránea tan virgen y exuberante a la vez, hemos hecho de esta mañana de las más intensas de los últimos meses. La novia de Serafín saca unos “lonches”-sandwiches, unos refrescos y unos chiles que pican de una manera inhumana.

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Recorriendo a unos 10 metros de profundidad la laguna de la Media Luna. Vamos por parejas, vigilando al otro compañero.

Recogemos todo y vamos a los coches. Nos llevamos con nosotros a uno de los monitores que nos acompañará el resto del viaje por la Huasteca, el entrañable Raúl “Mula”. El resto del equipo se despide y nos separamos. Antes de avanzar hacia la selva, hay que recoger unas cosas de casa de “Mula”. Entre carreteruchas llenas de arena y entre cañas de azúcar vamos recorriendo el camino al centro de Río Verde. Nos habían hablado de esta zona como “bien guerrera”, es decir, con presencia del narco y bastante violenta, por lo menos, en su día. “Mula” nos tranquiliza; “Vean, llegó un nuevo responsable federal de seguridad a la zona. Recurrió a la pinche Armada mexicana, y hace cuatro años hubo una reyerta bien chingona: Helicópteros del Ejército en vuelo rasante sobre los campos disparando sobre los narcos. Uy, mamá, esa estuvo bien guerrera güey, y fue la definitiva. Ya apenas hay nada, se fueron más hacia Tampico (Noreste-Caribe)”. Aunque había rumores en Guadalajara, hay que estar tranquilos, no nos podía pasar nada.

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Foto de familia encima de un árbol caído en este precioso manantial.

Tras recoger los bártulos de casa de “Mula”, a 40 kilómetros de Río Verde nos encontramos la pick-up de Yayo y Carlos, los otros guías, dos encantadores e incansables hermanos, muy amigos entre sí, uno más corpulento, otro más delgadito, que cada vez que pueden guiar gente por su Huasteca querida, abandonan sus negocios y familias temporalmente para lanzarse con los turistas a la aventura. Repartimos gente y equipaje y ranchera y berlina nos vamos adentrando hacia la selva. Nos desviamos por un camino tras mucha carretera y nos adentramos en el bosque: Plantas tropicales, mucha densidad de árboles, una gran humedad y muchos mosquitos.

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Sorteando la orografía submarina.

Llegamos al poblado base y cenamos en una “palapa”-cabaña autóctona- donde Armando y su mujer nos preparan una fantástica cena para reponernos bien tras el viaje y enfocar la noche correctamente. Cenamos cecina, quesadillas, frijoles… Rural y auténtico, y típico. Nada de Tex-Mex. Palapa sin cobertura y Tecates bien frías. Viva México.

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Después de la excursión por el manantial, nos fotografiamos con el bueno de Serafín. Todo salió OK.

Me han impresionado los pueblecillos rurales de por aquí: Chabolas, gallinas correteando, perros rascándose empedernidamente, alguien encima de un caballo semifamélico, estatuas de la Virgen de Guadalupe, niños jugando por el camino, rancheras-“pick ups”- con la parte de atrás a rebosar de mujeres y niños, camionetas destartaladas a rebosar de maíz… “El 80% de México vive así” me comparten mis amigos.

Bajamos un camino de cemento bastante empinado y llegamos a otra cabaña elevada en un prado en medio de la nada. Los guía colocan dispositivos anti mosquitos (los insecticidas que se van quemando) y nosotros nos acomodamos como podemos sobre los tablones de madera. Es muy nueva esta sensación para mí, la del calor nocturno, húmedo, tan tropical, nada que ver con el que se puede vivir en la costa mediterránea patria.

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Imagen de la laguna-manantial de la Media Luna, Río Verde, San Luis Potosí.

Mientras nos vamos adormeciendo, “Mula”, Carlos y Yayo charlan mientras toman unas “chelas”.

Resumen del día

-Altos de Jalisco: Esta zona rural es de las más conocidas de México por su importante producción agrícola y ganadera. De paso al Norte desde Guadalajara, es una importantísima zona de adquisición de materia prima y explotación dentro del sector primario mexicano.

 -Laguna de la Media Luna, Río Verde: A las afueras de Río Verde encontramos esta singular laguna de cristalinas aguas, limpias y cálidas, que se nutren de una compleja pero 100% natural red de canales subterráneos que aprovisionan esta laguna con 3.000 litros de agua/segundo. Tiene tres especies endémicas de peces, y tortugas galápagos. Una preciosidad tanto para bañarse, bucear o tan sólo ir a verla. Ya libre de cocodrilos, por cierto.

-La Morena: El Ejido de la Morena es un poblado en medio de la semi-selva de San Luis Potosí, donde alguna empresa como la de “Mula”, Carlos y Yayo montan base camp a la hora de moverse por la Huasteca. Con una pequeña instalación básica y sencilla pero cómoda, los aventureros pueden ducharse, dormir en la palapa y comer con lo que Armando y su mujer les den, aparte de abastecerse con algún otro producto que vende el buen Armando en su “Abarrotes”.

Consejo de El Viajero Incansable

Las actividades de aventura son muy recomendables en esta zona de la Huasteca, zona ya segura y con una inmensa oferta. Todo muy bien de precio y nada transitado.

Creo que es muy importante el saber vivir con y como los rurales, para descubrir un país en profundidad. Esta zona de México, como por ejemplo también Chiapas, nos ayudará a descubrir nuevos paisajes y conocer otras realidades.

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Estimados lectores: Nos vemos pronto recorriendo la selva potosina. Foto: GoDron.

Aquí, queridos amigos, concluimos esta tercera parte de esta segunda etapa del viaje a México. En el siguiente capítulo de esta singladura, inauguraremos la tercera parte de este fascinante viaje, metiéndonos de lleno en la Huasteca Potosina

Muchas gracias, queridos lectores por vuestras visitas y promoción en redes sociales de estos últimos posts, nos vemos muy pronto explorando las turquesas aguas de Tamasopo y Tamul.

Que tengáis una fantástica semana,

¡Buen viaje!

 Luis Poch de Gaminde
El Viajero Incansable
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https://www.facebook.com/viajeroincansableintereconomia
@viajerolpochg

 

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