«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Vaya joyita

Pensaba yo dedicar este último texto a felicitar las navidades pidiendo para todos ustedes lo que mi madre, de pequeñito, siempre pedía en sus oraciones: salud y trabajo. Eso mismo les deseo a todos añadiendo, ya de mi cosecha, que también les deseo la paz de ser libres.

Deseada su felicidad no me resisto, aunque sea por contraste, a contarles que este pasado domingo Pablo Iglesias Turrión dio su primer acto multitudinario en Barcelona. No dijo más que eslóganes y lugares comunes como buscando contentar a todos los que le escuchaban y servir mensajes para televisión de los que transmiten frescura aunque sean vacíos o inaplicables. Después de la famosa entrevista con Ana Pastor, ya me di cuenta que lo suyo es criticar a todos pero no es capaz de concretar nada posibilista que se pueda hacer. Sabe de problemas e ignora soluciones. Mal vamos.

Repasando lo dicho por el chico de Podemos en Barcelona me golpeó duramente el intelecto parte de su discurso y he pensado en traerlo a colación para visualizar lo más opuesto a la Navidad.

Dijo el susodicho y es textual: «No he venido a Cataluña a prometer nada a nadie, a prometer nada a cambio de votos o a cambio de favores, no me gustan, no me fío de los políticos que hacen promesas, eso sí, os prometo una cosa: a mí no me veréis darme un abrazo ni con Rajoy ni con Mas«. Medítenlo sin más y tiemblen de lo que nos espera si manda esta joyita.

No entiendo nada. Que sepa yo el hombre es un ser social y la palabra, que nos eleva de animales a hombres, sirve para hablar incluso desde la disparidad. ¿Es humano alejarse solo de los demás por su ideología? ¿Es manifestación de odio prometer no abrazar por diferencias ideológicas? ¿Alguien me lo explica?

TEMAS |
Fondo newsletter