En India, por ejemplo, ya se cuentan hasta 2000 granjas de mujeres; granjas en las que éstas gestan niños a cambio de una limosna
Este medio ha denunciado en ingentes ocasiones que, tras el eufemístico término ‘gestación subrogada‘, subyace en verdad un deletéreo utilitarismo que convierte a la mujer en un simple instrumento (cuando, como el hombre, no debería ser sino un fin).
Mientras que en los países occidentales esta instrumentalización se perpetra en condiciones de salubridad aceptables (aunque esto no altere la intrínseca maldad del acto), en los países tercermundistas se lleva a cabo en unas condiciones ciertamente inhumanas. De este modo, en India ya se cuentan hasta 2000 granjas de mujeres; granjas en las que éstas gestan niños a cambio de una limosna.
Uno de los países asiáticos más afectados por esta ominosa industria es Camboya, que, a pesar de haber prohibido hace dos años la gestación subrogada para fines comerciales, continúa siendo un destino popular entre las parejas estériles que quieren tener hijos. En este contexto, la policía camboyana ha dirigido un operativo por el se ha arrestado a un ciudadano chino que se servía de una treintena de mujeres para vender niños a clientes de su país.
En este sentido, Keo Thea, director de la oficina anti-trata de Pnom Penh, se ha referido a los delitos imputados a la persona detenida: ‘trata de seres humanos’ e ‘intermediación en maternidad sustituta’. Y revela, además, que a cada mamá ‘le habían prometido 10.000 dólares estadounidenses’ y que, una vez embarazada, no recibía más de 500.
Tal y como recoge Infocatólica, esta red criminal de origen chino ya había llevado a término 20 embarazos antes de esta operación policial. ‘Algunos niños nacieron en China y otros en Camboya’, ha señalado el funcionario.
El gran mercado chino
En el sudeste asiático, las clínicas (muchas de ellas, ilegales) miran a China con especial atención, sobre todo tras la decisión del Partido Comunista de suavizar la política del hijo único en el año 2015. De acuerdo con algunos expertos, cada año nacen de madres sustitutas unos 10.000 niños, pero la cifra podría ser incluso mayor.
Países como Tailandia e India impiden a los extranjeros acceder a los servicios de maternidad sustituta comercial. Bangkok prohibió el lucrativo comercio en 2015, después de una serie de escándalos y conflictos de custodia. Las agencias de vientres de alquiler se desplazaron rápidamente hacia la vecina Camboya, que siguió el ejemplo y proscribió la industria al año siguiente.
Como consecuencia, hay indicios que sugieren que el mercado de los vientres de alquiler se ha trasladado a Laos, cuyas restricciones sobre la materia se antojan un tanto vagas.