Uno pensaría que Ucrania, en una de las fases más calientes de una guerra existencial con Rusia, tiene ya suficientes problemas de qué ocuparse, pero la red de ONG de Soros que operan en el país tienen sus propias prioridades, y ahora están empeñadas en que el país apruebe el consumo de marihuana.
Suena sarcasmo sangriento, pero es real. El Servicio Ucraniano de Control de Drogas emitió recientemente la primera licencia para importar cannabis medicinal. La iniciativa legislativa puede parecer extraña, incluso esperpéntica, dadas las circunstancias. Pero se explica mejor cuando se conoce que diversas organizaciones, la mayoría con el respaldo de George Soros, perejil de todas las salsas, llevan años presionado a favor de la legalización (al menos parcial) de la marihuana en Ucrania.
Eso de llenar el mundo de porros es una vieja obsesión de Soros. El multimillonario de origen húngaro es uno de los mayores defensores mundiales de la legalización de la marihuana y la flexibilización de las leyes contra las drogas duras. Quizá porque un populacho «colocado» es más fácil de controlar, ha gastado al menos 80 millones de dólares en Estados Unidos en iniciativas para legalizar la marihuana.
Una organización que financió generosamente, la Drug Policy Alliance, también jugó un papel crucial en la legalización de la marihuana. En su informe anual de 2013, el presidente de la Drug Policy Alliance se jactó: «En Uruguay, desempeñamos un papel crucial, ya que ayudamos a coordinar una campaña de educación pública. Hubo una estrecha colaboración con funcionarios gubernamentales, activistas, periodistas y otros, incluido el presidente José Mujica, con quien me reuní personalmente». De hecho, el presidente del país se había reunido en privado con Soros en Nueva York poco antes de su regreso a su país y había convencido al Senado de legalizar la droga, convirtiéndose en el primer país sudamericano en hacerlo. Según informes, organizaciones respaldadas por Soros invirtieron millones en una campaña publicitaria que se extendió por todo el país para influir en el público y lograr su apoyo a la legislación a favor del cannabis.
La industria de la marihuana ha crecido a un ritmo acelerado en los últimos años, convirtiéndose en multimillonaria. Dos firmas de investigación, Arcview Market Research y BDS Analytics, estimaron que los ingresos globales de la industria del cannabis podrían aumentar de 6.900 millones de dólares en 2017 a 16.900 millones de dólares en 2019 y a más de 31.000 millones de dólares en 2022. Otros analistas, como Cowen Inc., estiman que, con la legalización, la industria global podría alcanzar ventas superiores a los 50.000 millones de dólares para 2026.