La peor función que pueden cumplir las formas es la de tapar o desvirtuar los contenidos. La parafernalia, conjunto de ritos y detalles que dan solemnidad u ostentación a un acto, en este caso las exequias de quien fuera el primer presidente de gobierno de la democracia, parecen servir a cubrir las innumerables vergüenzas de la clase política española.
La desfachatez de quienes con cuentas en Suiza,con modos totalitarios,con soberbia ilimitada ejercen el poder en España clama ya al cielo.
Con una cierta repugnancia estamos asistiendo al espectáculo de comprobar como los personajes del politiqueo descubren ahora que Suárez seguía vivo y lo revisten de enorme pompa y circunstancia.
Adolfo Suárez ha muerto,que Dios lo tenga en su Gloria.RIP.Mis oraciones para él y su familia.
En el otro plano,en el de aquí,sin duda casi irrelevante respecto al Otro,”hacer normal en las leyes lo que es normal a nivel de calle” del Adolfo del éxtasis máximo no tenía más nivel que el de “la libertad os hará verdaderos” del inclito Zapatero.
Suárez en la derecha de azul desvahído y Zapatero en la izquierda del arco iris fueron la exaltación del pensamiento débil y la moral de situación. Osea, nada que valga la pena ensalzar. Uno el comienzo y otro el epílogo de una España que de nuevo intentó ser y el odio, la mezquindad y la envidia a punto están de destruir.
