«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los 'provida' irlandeses se movilizan para impedir la legalización del aborto

El primer ministro de Irlanda, defensor del aborto

Dublín acogió el pasado sábado una multitudinaria manifestación – congregó a 100.000 personas – en defensa del derecho a la vida y en contra de la modificación de la octava enmienda de la Constitución.


En Irlanda, la vida del no nacido está protegida por la Constitución gracias a una enmienda aprobada en el año 1983; una enmienda en la que se establece que el derecho a vivir del nasciturus debe ser protegido y respetado del mismo modo que es protegida y respetada la vida de la progenitora. De esta forma, la legislación irlandesa es muy restrictiva en lo que al aborto se refiere: sólo está permitido en caso de riesgo para la vida de la madre.
Disconforme con esta feliz legislación y ante las presiones de ingentes entidades supranacionales, el Gobierno encabezado por el liberal Leo Varadkar ha convocado un plebiscito que se celebrará en la postrimerías del próximo mes de mayo y en el que los irlandeses habrán de elegir entre dos opciones: preservación de la actual regulación abortista o extensión del derecho a la eufemísticamente llamada ‘interrupción voluntaria del embarazo’. En concreto, a los ciudadanos se les preguntará si desean derogar la octava enmienda de la Constitución, que consagra, como ya se ha dicho, tanto el derecho a la vida de la madre como el del no nacido.
En este contexto previo a la votación, muy condicionado por la asfixiante propaganda de los grupos de presión proclives al aborto, Dublín acogió el pasado sábado una multitudinaria manifestación – congregó a 100.000 personas – en defensa del derecho a la vida. En ella, convocada bajo el lema ‘Save the 8th’ (‘Salva la octava enmienda’), participó el exprimer ministro irlandés John Bruton, que conminó a los votantes a mantener el statu quo: ‘Es cierto que probablemente seamos uno de los países del mundo que tiene, en su Constitución, un reconocimiento expreso del derecho a la vida del niño por nacer, pero eso es algo que debe enorgullecernos’.
Asimismo, la marcha contó con el respaldo y participación del activista con síndrome de Down Charlie Fien, quien abundó en la idea de que Irlanda es uno de los pocos países donde los bebés con dicha característica están protegidos en el seno materno.
Por otra parte, los prelados irlandeses emitieron una carta pastoral – ‘Dos vidas, un amor’ – versada sobre el derecho a la vida y sobre el perjuicio que una modificación constitucional causaría al país.

La conspiración de Soros

Tal y como ya relató La Gaceta, la Open Society Foundation – propiedad del magnate globalista George Soros – ha donado generosas cantidades de dinero encaminadas a fortalecer la campaña a favor del aborto. Las beneficiarias de este dinero han sido Amnistía Internacional Irlanda (137.000 euros), la ‘Irish Family-Planning Association’ (132.000 euros) – la filial de Planned Parenthood en Irlanda – y a la Abortion Rights Campaign (25.000 euros).
Unas donaciones que, de acuerdo con la legislación irlandesa, son ilícitas. No en vano, tal y como denunció en su momento Citizen Go, la Comisión de Normas Públicas de Irlanda establece en su web que es ilegal recibir fondos de organizaciones foráneas con objeto de influir en la política estatal del Gobierno.
Recordemos que, además de extender por todo el mundo los preceptos de la ideología de género, el principal propósito de la ‘Open Society Foundation’ es eliminar los Estados-Nación y construir, de esta manera, un mundo sin fronteras. Es por ello por lo que Soros – y su fundación – han estado vinculados al impulso de movimientos migratorios masivos, entre los que podemos destacar la llamada ‘crisis de refugiados’, y la creación de ingentes instituciones transnacionales.

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