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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Madrid baja a 30 la velocidad y saca los patinetes de la aceras

coches

Madrid estrena mañana sus nuevas normas de circulación que implicarán que la velocidad máxima sea de 30 kilómetros por hora en el 85 por ciento de sus calles -las de un solo carril o un carril por sentido-. También impedirá circular por las aceras a los patinetes y bicicletas a más de 5 km/hora.

El Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) publica hoy esta normativa aprobada en el pleno municipal del 5 de octubre con los votos a favor de Ahora Madrid y el PSOE y el rechazo de PP y Ciudadanos, con lo que será de aplicación desde mañana miércoles, según han confirmado a EFE desde el Ayuntamiento de Madrid.

La reducción de la velocidad en las calles se advertirá mediante una campaña informativa global, no con señales en puntos concretos, y la Policía Municipal multará a quienes se excedan, aunque si se instalan radares habrá un periodo de dos meses para informar sin formular denuncias.

Los patinetes circularán prácticamente por todas las calles de Madrid, las que sean a 30 y a 20 y también por los carriles bici, pero a las aceras solo podrán subir los que no tengan motor y no superen los 5 kilómetros por hora. La edad mínima para ir en patinete eléctrico por las calles de Madrid será de 15 años.

A diferencia de los que no llevan motor, los patinetes eléctricos no podrán circular en ningún caso por la acera, y por las calzadas los patinetes deberán circular por la parte central del carril.

Dentro de un año se analizará si se permite su circulación también por las «ciclocalles», es decir, los carriles de grandes avenidas donde conviven a 30 kilómetros por hora bicis y coches, una limitación que se revisará en el plazo de un año.

La ordenanza tiene como prioridad «proteger al más débil», los peatones y entre ellos los que más dificultades tienen: mayores, niños y personas con movilidad reducida. Se garantiza que motos y bicicletas aparcadas no interrumpan el paso a los peatones pues deberán dejar un ancho libre de al menos 3 metros.

En el centro, sin embargo, las motocicletas no podrán aparcar en aceras si hay banda de aparcamiento, una limitación que se extenderá al resto de la ciudad a medida que se creen zonas reservadas a motos.

Respecto a los sistemas de bicicleta o patinete compartido, tendrán que solicitar autorizaciones para su implantación para salir así del vacío legal en el que se encontraban hasta ahora.

La ordenanza deja para más adelante la posibilidad de poner parquímetros a no residentes fuera de la M-30 donde hay barrios «saturados» por ser «frontera» con el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER).

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