«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Memoria

Artículo publicado hoy en el Diario Ideal, edición de Jaén, página 31

En todo el proceso legislativo educativo en España en los últimos treinta años ha habido

una victima señera: la memoria. Una de las tres potencias del alma, como decía el

catecismo de Ripalda: memoria, inteligencia y voluntad. La memoria se consideró de

un corte ideológico rechazable, ante una cosmovisión educativa del otro extremo. Es

decir la memoria era de derechas y había que quitarla al implantar un proceso de una

educación legislativa de izquierdas.

Con la memoria metida en la cárcel leguleya, solamente vale la creatividad, la

imaginación y la vagancia, porque se refuerzan las asignaturas técnicas y se arrinconan

las humanísticas, cayendo en el grave error de crear esclavos de la tecnología y de las

matemáticas, auxiliadas con la calculadora y el ordenador para todo.

Los jóvenes y hombres educados en estos parámetros son analfabetos funcionales:

saben manejar la tecnología y la informática, pero carecen de memoria personal e

histórica. Son borregos de un ratón que les lleva a la geografía, a la historia, a la

literatura, al arte, a las lenguas clásicas….publicadas en Wikipedia, cesto hecho por un

colectivo anónimo con más agujeros que una lata de asar castañas.

Como la memoria nunca ha muerto, la televisión pública ha mantenido, durante 17

años seguidos, un programa titulado Saber y ganar, donde la memoria y la lógica

deductiva o inductiva son piezas claves para contestar a las preguntas que se hacen a los

participantes del mejor y único concurso de la televisión española estatal.

A partir del mes de diciembre pasará, durante 13 programas, a la primera cadena de la

televisión costeada por nuestros impuestos, acontecimiento que me alegra, porque se

hace justicia, aunque tarde, al mejor esfuerzo cultural dado por la pequeña pantalla.

Lo que nunca veremos es la vuelta de la memoria al sistema educativo español, jamás

veremos aquel concurso titulado Cesta y puntos de mi juventud, seguiremos observando

con pena cómo médicos, abogados, profesores y maestros…..cometen faltas de

ortografía, confunden el misil con el símil, relatan con muletillas repetitivas aprendidas

en el mercado persa del nihilismo, que es donde yacen por haber sido educados sin la

memoria, que es una potencia del alma humana con la que venimos al mundo.

Este vaciamiento del alma nos ha llevado a una sociedad sin valores, sin aire limpio, sin

humanismo robusto y bizarro, sin valentía esforzada y solidaria, sin ilusión más allá de

las tapias propias, sin esperanza en sí mismo, ni en los demás, y mucho menos en Dios,

a quien hemos metido entre paréntesis para no verlo, creyendo que ya no existe porque

algunos proclamaron su muerte cuando lo vieron en la Cruz, y no pasaron al Domingo

de Resurrección, fecha de la alegría de poseer memoria para no olvidarlo nunca.

Tomás de la Torre Lendínez

 

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