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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La Misa Criolla sigue cautivando a los cristianos

No siempre tenemos la oportunidad de escuchar en las iglesias la Misa Criolla, pero cuando esto sucede, nos deja una impresión profunda.

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Notable expresión artística iberoamericana, la Misa Criolla compuesta en el año 1964 por el maestro Ariel Ramírez (Santa Fe, Arg. 1921 – Monte Grande, Bs. As. 2010), es uno de los productos que más nos enorgullece. Obra cumbre de la música argentina, que resume la mística católica de nuestro pueblo. Ritmos autóctonos y renovadores, para escuchar y cantar en las celebraciones religiosas.

Fue la gran respuesta argentina a las disposiciones establecidas en la Constitución sobre la Sagrada Liturgia (1963), durante el Concilio Vaticano II. Esta se refiere al uso de las lenguas vernáculas en oraciones, cantos, y principios generales para la reforma y fomento de la Sagrada Liturgia. En el Cap. 1 – 37, leemos: “La Iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad en aquello que no afecta a la fe o al bien de toda la comunidad, ni siquiera en la Liturgia: por el contrario, respeta y promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas razas y pueblos”.
La mayoría de los hispanohablantes siempre hemos considerado el latín como algo demasiado lejano y ajeno a nuestro sentir. A partir del Concilio Vaticano II, los cantos en nuestro idioma vigorizaron la feligresía, que así pudo acercarse más a la institución eclesiástica.

No siempre tenemos la oportunidad de escuchar en las iglesias la Misa Criolla, pero cuando esto sucede, nos deja una impresión profunda. Son misas que se recuerdan durante mucho tiempo. Invocaciones potentes en castellano, acompañadas con sonidos andinos que nos elevan. Un ritmo ascendente que nos hace vivir la plenitud religiosa.

La Misa Criolla adopta la estructura tradicional de la misa católica. Está integrada por cinco movimientos, en los que predominan ritmos autóctonos de nuestra región, como la baguala, vidala, carnavalito, yaraví, chacarera, y  pampeano. El video que antecede es una versión de “Gloria”, que es el más característico de toda la obra. Comienza con música de charango, instrumento típico del altiplano. Una especie de guitarrita española con cinco pares de cuerdas, fabricado con el caparazón del quirquincho o armadillo. En este caso interpretada por el grupo Los Fronterizos y el Coro de la Catedral de San Isidro. El conjunto salteño de música nativa Los Fronterizos, se consagró con este gran éxito que los hizo famosos en todo el mundo.

A continuación, un enlace para escuchar otra versión de Gloria interpretada por el tenor español José Carreras, con la Coral Salvé de Laredo en el Santuario de la Bien Aparecida (Cantabria), en 1987. Casi al final de este video se lo ve al maestro Ariel Ramírez tocando el piano.

Publicado en Intereconomía el 25/6/2012. Blog El Chimango del Sur por Mariano García Barace. Buenos Aires, Argentina.

 

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