«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Países de la UE piden que los coches reduzcan sus emisiones de CO2 un 35%

coches

Los países de la Unión Europea (UE) fijaron hoy en un 35 % el recorte de las emisiones de CO2 que quieren exigir a los nuevos coches y camionetas a partir de 2030. Nivel que eleva la propuesta inicial del 30 % de la Comisión Europea (CE) pero limita la ambición del 40 % que reclama la Eurocámara.

El acuerdo, que se alcanzó tras una extensa negociación de los ministros de Medioambiente de los Veintiocho reunidos en consejo en Luxemburgo, fija 2021 como fecha de referencia para la reducción del CO2 de los vehículos ligeros.

Contempla también una cláusula de revisión en 2024 sobre los niveles exigidos para 2030 y también de los niveles que se pedirán para 2035 y 2045, en función del desarrollo tecnológico alcanzado.

Ese 35 % en 2030 -al que también se añade una senda intermedia de recorte del 15 % de las emisiones contaminantes para 2025- supone el término medio defendido por España y sitúa el esfuerzo reclamado a la industria entre las posiciones más conservadoras, lideradas por Alemania, y las más ambiciosas, capitaneadas por Francia.

Gran parte de la negociación entre las capitales pasaba por lograr un consenso entre el eje París-Berlín, pesos pesados de la industria automovilística europea y tradicionalmente aliados pero divididos ante una legislación que se antoja clave para cumplir los objetivos del Acuerdo Climático de París de 2015.

Pese a firmar el compromiso final, Irlanda, Luxemburgo, Suecia, Eslovenia y Dinamarca dijeron que harían una declaración conjunta para criticar la falta de ambición de la posición común de los países.

A continuación, el Consejo, la Comisión y el Parlamento Europeo tendrán que negociar a tres bandas en los llamados «trílogos» a partir de este mismo miércoles el porcentaje final de reducción de emisiones que se pedirá a los fabricantes automovilísticos, con la perspectiva de cerrar un acuerdo que se convierta en norma obligatoria en 2019.

El largo debate ministerial en un consejo que en total duró casi 14 horas, se produjo un día después de que se dieran a conocer los resultados del nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).

Ese estudio, muy presente en las intervenciones de los ministros de la UE, destaca la importancia de limitar la subida de temperaturas a 1,5 grados centígrados a final de siglo, tarea muy urgente y que requiere «cambios sin precedentes» a nivel social y global para evitar una mayor extinción de especies o reducir la subida del nivel del mar.

La ministra española para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, defendió ese 35 % final en el debate con sus homólogos siempre que tras la negociación final en los «trílogos» el esfuerzo quede «más entre el 35 y el 40 % que entre el 30 y el 35 %».

«El acuerdo para reducir las emisiones de CO2 de los vehículos es una oportunidad para la industria del automóvil española», declaró a la prensa tras el acuerdo Ribera, quien consideró que la transformación de un sector que en España representa casi 12 % del PIB debe supone «una oportunidad para la innovación y la competitividad» de la industria del automóvil.

Los países con tesis más conservadoras, como Hungría, República Checa o Letonia, argumentaban que un objetivo demasiado elevado pondría en peligro a la industria, mientras que los más progresistas, como Luxemburgo, Holanda o Bélgica, consideraron que Europa tiene que estar a la cabeza en la transición del motor de combustión hacia vehículos eléctricos e híbridos.

El objetivo de las instituciones comunitarias es que la Comisión, el Consejo y la Eurocámara cierren un pacto definitivo antes de que termine la legislatura con la disolución del Parlamento Europeo con vistas a las elecciones del próximo mes de mayo.

«Lo más importante hoy por hoy es llegar a cerrar un acuerdo», había declarado al inicio del consejo de ministros de la UE el comisario europeo de Energía y Acción Climática, Miguel Arias Cañete, quien al término del debate dijo que la CE está «satisfecha» con el resultado.

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