«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Papa impele a los países europeos a acoger más inmigrantes

El Papa Francisco en San Pedro del Vaticano

El Papa Francisco ha acusado de sembrar ‘violencia’ a quienes rechazan la inmigración masiva por cuestiones culturales, económicas y de seguridad


De un tiempo a esta parte se ha tornado habitual que Su Santidad Francisco arremeta, con la sutileza que corresponde a su cargo, contra esos partidos políticos europeos que reclaman un control más estricto de las fronteras de los países. Por ello, no se antoja ni mucho menos sorprendente que lo haya hecho de nuevo aprovechando el Día Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero de cada año.
Así, en un mensaje difundido este lunes, el Santo Padre ha acusado de demagogia a quienes rechazan la inmigración masiva por cuestiones culturales, económicas y de seguridad: ‘En muchos países de destino se ha difundido ampliamente una retórica que enfatiza los riesgos para la seguridad nacional o el coste de la acogida de los que llegan, despreciando así la dignidad humana que se les ha de reconocer a todos, en cuanto que son hijos e hijas de Dios.’, asevera el Papa, quien sugiere que no abrir las puertas de un país a todos cuantos quieren entrar en él constituye un ataque contra la dignidad humana.
En este sentido, ha acusado de sembrar violencia a quienes predican una suerte de reparo, de precaución, ante los movimientos migratorios: ‘Los que fomentan el miedo hacia los migrantes, en ocasiones con fines políticos, en lugar de construir la paz, siembran violencia, discriminación racial y xenofobia, que son fuente de gran preocupación para todos aquellos que se toman en serio la protección de cada ser humano’, señala el Sumo Pontífice.
Asimismo, y en consonancia con su línea argumental, el Papa Francisco ha conminado a las naciones a acoger a los inmigrantes y refugiados, quienes, de acuerdo con él, ‘traen consigo la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones, y, por supuesto, los tesoros de su propia cultura, enriqueciendo así las naciones que los acogen’.

Premisas para la acción

En su mensaje, el Santo Padre establece cuatro líneas que deberían guiar la acción de los países en lo que a acogida de refugiados inmigrantes se refiere; cuatro líneas que están relacionadas con los verbos ‘acoger’, ‘proteger’, ‘promover’ e ‘integrar y que se ajustarían a la doctrina social de la Iglesia.
En cuanto al primero de estos verbos, cabe señalar que Su Santidad lo asocia a dos cuestiones: al indispensable equilibrio entre la protección de los derechos humanos fundamentales y la preservación de la seguridad nacional, y a la ampliación de las posibilidades de entrada legal de los migrantes en los países.
En lo que respecta al verbo ‘proteger’, ‘nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación’.
Por su parte, con el verbo ‘promover’, el Santo Padre nos conmina a apoyar y fomentar ‘el desarrollo integral de los refugiados’; un desarrollo que, de acuerdo con el Pontífice, debe incentivarse a través de la educación. ‘De esta manera, no sólo podrán cultivar y sacar el máximo provecho de sus capacidades, sino que también estarán más preparados para salir al encuentro del otro’, señala Francisco.
Con ‘integrar’, el Papa se refiere a la necesidad de que los inmigrantes se sientan implicados en la vida cotidiana de las sociedades de acogida: ‘Integrar significa trabajar para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge, en una dinámica de enriquecimiento mutuo y de colaboración fecunda’.

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