El pasado 12 de marzo llegaba a la clínica veterinaria de Hurstpierpoint, en West Sussex, Reino Unido, una joven con un perro que parecía abandonado. «Lleva unos días merodeando por aquí», dijo. La clínica revisó al joven ejemplar de Whippet y comprobó que tenía microchip y que éste les llevaba hasta Bedfordshire, a más de 100 kilómetros de distancia, y que el dueño del animal había denunciado su desaparición hacía ya seis meses.
Un teléfono fue todo lo necesario para trasladar la buena noticia a la familia de Jasper -así se llama el perro- que ya había perdido la esperanza de volver a verlo. Según se pudo averiguar más tarde, Jasper había pasado parte del tiempo que estuvo perdido atado a una caravana y después fue comprado por una mujer que se apenó de su estado y cuidó de él durante tres meses. Nada como la familia, debió pensar el joven perro cuando, por fin, volvió a ver a los suyos.
Los responsables de la clínica veterinaria fueron los encargados de inmortalizar el tierno momento y de difundirlo por las redes sociales para recordar la importancia de identificar siempre a las mascotas. «Nos alegra mucho ser parte de esta historia con final feliz», dicen, orgullosos.