«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Las risas entran en Palacio

John Fitgerald Kennedy  (JFK) solía decir que “Hay tres cosas que son de verdad: Dios, la locura humana y l riso. Las primeras dos están fuera de nuestra comprensión, entonces debemos concentrarnos en la tercera”. La risa rompió todo intento de solemnidad cuando Leonor de Borbón, a un paso de convertirse en Princesa de Asturias dio un beso a su yayo-Rey y le obligó a caer en mullido con las reales posadera. El Rey demostró reflejos porque se puso en pie en cero coma cero. Pero ya había dado la imagen de un Monarca que está lejos de su mejor forma, como atestigua la titubeante rúbrica de la firma con la que sancionaba la Ley  que hace efectiva la abdicación en favor de su hijo, Felipe VI.

El segundo momentazo del acto en el Palacio Real fue sin duda la fría indiferencia del Monarca abdicante para con su nuera, Letizia de España. Fue deferencia del rey Juan Carlos ceder a su hijo su acomodo junto a la Reina Sofía, después de los besos  entre los Reyes salientes y de un abrazo con palmadas en la espalda con beso filial en la mejilla del nuevo Rey a su padre. Juan Carlos I quedaba a la derecha de su nuera. Ella, elegantísima a medio giro, esperando, en  mirando al frente y el reloj tic-tac, tic-tac. Nada pasó, como si no estuviera.

Fuera poco público, pendientes de España y de si Del Bosque también tienen que abdicar…

/p>

TEMAS |
.
Fondo newsletter