La aerolínea irlandesa Ryanair y la compañía de bajo coste húngara Wizz Air implementarán a partir de mañana jueves 1 de noviembre su nueva política de equipaje de mano a bordo de la cabina, con la que buscan reducir los retrasos.
Ryanair obligará a los clientes a pagar por las maletas de hasta 10 kg que introduzcan en la cabina, algo que hasta ahora era gratuito, mientras que Wizz Air permitirá introducir una maleta en la cabina a aquellos clientes que cuenten con el servicio prioritario (los que no lo tengan solo podrán introducir un bulto) y se podrá facturar una maleta de 10 kg desde 7 euros.
Según avanzó Ryanair a finales de agosto, con esta medida se pretenden reducir los retrasos en los vuelos y abaratar el coste del equipaje facturado.
Anteriormente, todos los clientes no prioritarios podían llevar consigo a bordo un bolso de mano y una maleta sin cargo adicional. Sin embargo, como parte de otra revisión de la política de equipaje de Ryanair, las maletas debían ser etiquetadas en la puerta del avión para posteriormente ser transportadas en la bodega de forma gratuita, lo que según la compañía causó retrasos en los plazos de entrega de 25 minutos.
A partir de noviembre, los clientes no prioritarios solo podrán llevar en la cabina gratos una bolsa de viaje y solo los prioritarios podrán portar dos bolsas sin coste adicional, entre ellas, una maleta.
Los viajeros no prioritarios que deseen agregar una maleta de 10 kg a su reserva podrán añadir la prioridad de embarque desde 6 euros y traer dos bolsas o añadir un equipaje facturado a su reserva desde 8 euros que se debe facturar en el mostrador de entrega de equipaje.
Los que agreguen el equipaje después de reservar y hasta 40 minutos antes de la hora de salida programada del vuelo el importe ascenderá a 10 euros.
Ryanair también ha comunicado que los clientes contarán con más capacidad para embarcar los líquidos en la maleta de hasta 10 kg y que el bulto pequeño que porte el viajero podrá ser un 40 % más grande.
La nueva política de equipaje se aplicará a todos los viajes posteriores al 1 de noviembre, según ha fijado Ryanair, que detalla que el servicio prioritario tiene un límite de 95 clientes por vuelo.
La compañía, que cree que esta nueva tarifa podría reducir los ingresos obtenidos por facturación de equipaje, defiende que ninguna aerolínea permite que sus pasajeros suban todas las maletas a la cabina, una política que han rechazado organizaciones como Facua.