Pasadas ya muchas horas de la luctuosa y más que triste muerte de Anne, puede ser buen momento para la reflexión y el análisis. Para no caer en el habitual ‘totum revolutum’, en el cual han caido multitudes, pienso que hay que difereciar tres niveles. El caso concreto de Anne, que una profunda investigación tendrá que aclarar. Los desajustes autónomicos que afectan a la sanidad, que haberlos haylos y son muchos y crueles, y el hecho del Estado de las autonomias del cual nos hemos dotado y hay a quien le gusta más, menos o nada.
Decidido el nivel de análisis, analicemos. Es curioso atacar las reprobables declaraciones de Olavarria, cuando aprochevando la muerte de Anne reivindico la vasquidad de Treviño, y usar el mismo hecho para cascarle al modelo autónomico o exigir la castellanidad de Treviño por los siglos de los siglos. Cada cosa es cada cosa y hasta puede ser, estoy casi convencido, que que la muerte de Anne esta muy relacionada con una negligencia médica al darle el alto o al no asignarle una ambulancia.
