El 12 % de las empresas considera que el impacto de los impagados de sus clientes «amenaza su supervivencia», en concreto, si se extrapolan las cifras al conjunto de compañías activas que operan en España, 220.000 empresas están en riesgo de cerrar en los próximos meses.
Según un informe de Iberinform, filial de Crédito y Caución, además, el 67 % de las empresas cree que el impago le comportará consecuencias significativas, el 46 % pérdida de ingresos, el 39 % costes financieros, el 18 % que limitará su crecimiento y el 15 % que limitará nuevas inversiones.
Así, el informe apunta que dos de cada tres empresas españolas están sufriendo el impacto negativo de la morosidad en su cuenta de resultados.
Iberinform ha señalado que la falta de control sobre la morosidad es un riesgo para la actividad empresarial, ya que el incumplimiento de los pagos genera tensiones de liquidez en una situación como la derivada de la covid-19 y, especialmente, es desestabilizadora en la operativa de las empresas de menor tamaño.
El informe señala que el impacto de un impagado comercial se acentúa cuanto menor sea el margen de beneficios, ya que multiplica el número de ventas con clientes solventes necesarias para compensar la pérdida.
El 39 % de empresas aplaza más de 3 meses los pagos de clientes por pandemia
El 39 % de las empresas españolas otorga en otoño a los clientes plazos adicionales superiores a los 90 días para que efectúen sus pagos, lo que supone un alza de 7 puntos porcentuales con respecto a los datos que la pandemia arrojó en primavera en el estudio de Crédito y Caución e Iberinform.
Tanto en el estudio de primavera como en el reciente de otoño, las empresas han dado prioridad a la protección de la cartera de clientes en su gestión de los efectos de la pandemia del Covid-19.
Las empresas están reaccionando a la caída de liquidez de sus clientes retrasando el inicio de las acciones de recuperación para no deteriorar la relación comercial.
Así, el 13 % de las empresas inicia acciones de recobro al vencimiento de la factura, lo que supone, según el estudio, el porcentaje más bajo de la serie histórica.
Otro dato que avala lo anterior indica que entre las empresas que aplican los intereses de demora en otoño, que surgen automáticamente sin necesidad de preaviso o requerimiento al cliente, el 98 % de las empresas (el porcentaje más alto de la serie histórica) reclama intereses por debajo de los que le corresponden legalmente.
