Bill Barr, quien se desempeñara como Fiscal general en Estados Unidos en la administración de Donald Trump, aseguró en una entrevista para la cadena norteamericana Fox News, este jueves 17 de marzo, que el gobierno de México ha perdido el control del país, ante la oleada de guerras entre los cárteles de la droga.
Barr se presentó en el show «Jesse Watters Primetime» para presentar su nuevo libro, “Una maldita cosa tras otra” («One Damn Thing After Another»), y de paso hizo referencia a las grotescas escenas y matanzas que tuvieron lugar en ciudades como Nuevo Laredo, Tamaulipas (norte de México), entre otros puntos bastante cercanos a los Estados Unidos.
El ex fiscal dijo al anfitrión Jesse Watters que en su momento viajó un par de ocasiones a esa zona “para ver si podíamos endurecer la columna vertebral de este presidente (López Obrador) que cree en los abrazos, no en las balas, y están perdiendo”. Y remató: «Han perdido el control del país, en mi opinión». Todo esto, en el contexto de que pocos días antes, el 16 de marzo, Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, recomendó a sus ciudadanos no viajar a Tamaulipas, ante la ola de crimen que se desató en esa entidad.
El llamado de las autoridades norteamericanas a sus ciudadanos a extremar precauciones fue una reacción a la violencia que tuvo lugar el 14 de marzo en Nuevo Laredo, donde se registraron bloqueos de vialidades, balaceras, quema de vehículos, en no pocas zonas de la ciudad. «Los cárteles tienen decenas de miles de millones de dólares a su disposición. Pueden corromper a quien quieran allí y tienen ejércitos, literalmente ejércitos que son cada vez más paramilitares, vestidos como militares y vehículos blindados», siguió comentando Barr a Fox News.
Luego el ex fiscal trajo a colación el episodio cuando el gobierno mexicano detuvo al hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán, Ovidio Guzmán López, pero lo dejó huir ante la amenaza del cartel de Sinaloa que había convocado a “700 paramilitares con ametralladoras montadas en camiones para rechazar a las fuerzas del orden”. Ese simbólico ejemplo, sumado a la violencia en Tamaulipas de hace unos días, son cosas que en definitiva deberían poner en alerta a Estados Unidos, en opinión de Barr, quien señaló que lo que siempre le ha preocupado “es que el gobierno de México vaya a compartir soberanía con los cárteles y llegar a un modus vivendi con ellos. Y no tenemos control sobre ese territorio. Y ahora hemos perdido el control de la frontera”, expresó.
Barr, quien trabajó como funcionario en las administraciones tanto de George H. W. Bush, como de Donald Trump, también comentó a Jesse Watters que la seguridad fronteriza fue siempre una «preocupación principal» de él y de Trump, y que la actual “zara fronteriza” Kamala Harris está fallando “miserablemente” en cumplir con su papel.
AMLO inaugura un aeropuerto caro, lejano y feo
En otro orden de ideas, el presidente López Obrador inauguró la mañana de este 21 de marzo el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), —ubicado en Santa Lucía, Zumpango, Estado de México—, en un pomposo acto repleto de militares, música mexicana y funcionarios de su gabinete, además de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza, y el de Hidalgo, Omar Fayad.
No obstante, la obra recibió cientos de críticas por su estilo funcional, afeado más que austero, su falta de rutas y de aerolíneas en servicio, su lejanía con la Ciudad de México, y las altas tarifas de taxis para llegar al lugar, al que para acceder podrían ocuparse hasta dos horas de camino.
El partido Acción Nacional (PAN), por su parte, lamentó que el costo del AIFA pasó de 75 mil millones de pesos –unos 3,260,869,565.21 euros-, a 116 mil millones de pesos -unos 5,043,478,260.86 euros-. Pero a esto se debe sumar además el costo de cancelar el NAIM (Aeropuerto de Texcoco), que, según una estimación hecha por la Auditoría Superior de la Federación, es de 331 mil 996.5 millones de pesos –unos 14,434,608,695.65 euros-.
Jorge Romero, coordinador de los diputados federales de este partido, dijo que el «capricho» de construir la nueva terminal no sólo pone de manifiesto un fuerte aumento en los costos de edificación, y problemas de conectividad, sino que «es materialmente imposible que esta nueva obra sea la puerta de México ante el mundo y, si así fuese, sería vergonzoso», consideró.
