El pueblo de Estados Unidos tiene derecho a saber en esta crisis que ha abierto la desastrosa gestión de la retirada humillante de las tropas de Afganistán, y un grupo de congresistas norteamericanos cree que la cadena de televisión ABC tiene la obligación de hacer pública su reciente entrevista al presunto presidente Biden, una entrevista que, evidentemente, no salió tan bien como la Casa Blanca hubiera querido.
Los legisladores presumen que hubo mucho más en lo que dijo Biden en esa entrevista, y que el pueblo debe saber qué es. “ABC tiene frente al pueblo americano la obligación moral de hacer público el vídeo completo”, ha asegurado en el programa de radio de Hugh Hewitt el representante republicano por Indiana Jim Banks. “Evidentemente, la entrevista no le fue bien al presidente. El pueblo americano merece verla entera. El pueblo americano merece saber qué está ocultando este presidente”.
Para Banks es claro que Biden ha estado tratando de evitar todas las preguntas, “las preguntas difíciles y las fáciles…, cualquier pregunta sobre lo que habrá que hacer para resolver esta catástrofe y sacar al país adelante”.
ABC News ya ha hecho pública la transcripción completa de la entrevista con Biden, en la que dijo que no había modo de evitar “el caos resultante” en Afganistán una vez que retirar las tropas del país.
George Stephanopolous, el entrevistador, le preguntó si los servicios de Inteligencia habían previsto que los talibán se hicieran con el control, a lo que Biden respondió que era una posibilidad real que eso sucediera hacia finales de año. Esa respuesta contrasta con lo que declaró tan recientemente como el pasado julio, cuando aseguró que era “muy improbable” que los talibán se hicieran con el poder.
La ignorancia es en política la excusa perfecta cuando todo sale mal y es difícil ocultarlo o maquillarlo. Es exactamente lo que ha hecho el presunto presidente Biden ante las desgraciadas escenas que llegan desde Kabul y es también lo que hizo en posterior rueda de prensa el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Mark Miley: “no hubo nada que yo o cualquier otro viéramos que indicara un colapso de este ejército y este gobierno en once días”, dijo Miley en referencia a la caída de Afganistán. Eso sería causa suficiente para desmantelar el carísimo aparato de Inteligencia militar y para que el propio Miley presentara su dimisión. Pero la realidad es mucho peor que todo eso.
Casi dos docenas de funcionarios del Departamento de Estado en la embajada norteamericana en Kabul advirtieron de un colapso potencial a partir de la fecha límite para la retirada de tropas del 31 de agosto, según el Wall Street Journal, que cita fuentes anónimas. La nota, enviada al secretario de Estado, Antony Blinken, y a otro alto responsable del departamento, advertía de “rápidos avances por parte de los talibán y el subsiguiente colapso de las fuerzas de seguridad afganas”, y ofrecía sugerencias para acelerar la evacuación y atenuar los efectos de la inevitable crisis posterior.
