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YA CUENTA CON LA OPOSICIÓN DE LOS PAÍSES DE VISEGRADO

‘Nada puede detenerles’. La alerta desde Kabul ante la ‘inevitable’ oleada de refugiados afganos hacia Europa

Afganos tratan de entrar al aeropuerto de Kabul. Reuters

Hace poco más de un lustro de la crisis migratoria del 2015, pero es como si hubiera pasado un siglo. El entusiasmo oficial del Welcome Refugees se ha moderado sustancialmente, muchos líderes europeos han pasado, como ‘Mutti’ Angela Merkel, de invitar al mundo sufriente a repoblar su país, a declarar que el experimento había fracasado. El propio Emmanuel Macron se ha puesto serio, la avalancha provocó un cambio electoral sin precedentes en Italia, los países de Visegrado siguen encastillados en su negativa a recibir refugiados y los partidos soberanistas, antiinmigración masiva, han ido ganando enteros como consecuencia de la invasión.

Pero ahora viene otra oleada, esta vez como consecuencia de la más que chapucera retirada norteamericana de Afganistán. Y, aunque la atmósfera es mucho menos acogedora que antaño, el éxodo multitudinario de afganos hacia Europa es inevitable. “Cuando los números son lo bastante elevados, nada puede detenerles”, declara un diplomático occidental en Kabul en la revista de información online Politico. “Ni siquiera los tanques”.

No es que los refugiados afganos sean una novedad para nuestro continente. En esa primera gran oleada de 2015 ya entró un significativo contingente de afganos en medio del heterogéneo grupo que la prensa se empeñaba en llamar ‘refugiados sirios’. Pero la amenaza de purgas por parte de los talibán contra los colaboracionistas y toda la plétora de grupos rivales promete iniciar un torrente imparable de nuevos refugiados hacia nuestras costas.

Ante lo que se anuncia como inevitable, no son pocas las voces que tratan de prevenir lo peor, proponiendo que los prófugos busquen refugio en países cercanos al suyo, donde la cultura y las creencias hagan más fácil su asimilación, desde Pakistán a Arabia Saudí. Es la postura, en España, de VOX, cuyo presidente, Santiago Abascal, se pronunciaba sobre la crisis pocas horas después de la rueda de prensa del presidente Biden. «Los afganos que huyen del terror talibán deben ser acogidos en los países musulmanes limítrofes”, dijo. “Aunque el consenso de los políticos progres pretenderá ahora que sean los europeos los que sufran las consecuencias de sus errores y de sus traiciones». Su discurso, cada vez más compartido en lo esencial en toda Europa, es que nuestra civilización “debe asumir que su forma de vida puede ser derrotada militar, demográfica y comercialmente, a no ser que empecemos a defenderla, en vez de degradarla como hasta ahora con la imposición simultánea del relativismo y del multiculturalismo».

Pero los países vecinos, no precisamente ricos, están al borde de su capacidad. Irán alberga casi a tres millones de afganos; Pakistán es usado como base y refugio de los combatientes afganos desde los tiempos de la invasión soviética. Turquía tiene bastante con los sirios, tres millones de los cuales viven ya en el país.

En cualquier caso, no es probable que los afganos escojan el vecino Pakistán como lugar de refugio, ni siquiera la rica Arabia Saudí. Muchos, naturalmente, tienen sus ojos puestos en Estados Unidos, la potencia invasora, que ya se está preparado oficialmente para recolocar un buen número de ellos por los distintos estados.

Europa, sin embargo, está más cerca, y ofrece una cantidad de prestaciones sociales difíciles de igualar, por no hablar de que posee ya una sustancial minoría de compatriotas y correligionarios. Por otra parte, todo el mundo no directamente comprometido con los talibanes quiere salir del país, según asegura la fuente de Politico. 

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