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Las familias exigen medidas a la Administración Biden

Crece la desesperación en Estados Unidos ante la escasez masiva de leche maternizada

Estantería de leche maternizada vacía en San Antonio (Texas). Reuters

La gestión de los demócratas está dando titulares que dibujan el descenso de Estados Unidos al Tercer Mundo, al menos en determinados aspectos. Criados en el «American way of life», en la noción del poderío de una hiperpotencia que sigue siendo la más rica del mundo, sorprende enormemente la noticia de que está desapareciendo la leche maternizada del mercado estadounidense. No que esté carísima, como empieza a estarlo todo con la inflación disparada de la era Biden, sino que, simplemente, no hay, ha desaparecido de los estantes de los supermercados, un producto de primerísima necesidad.

Y el hecho de que la emergencia nacional se produzca al mismo tiempo que el Congreso vota el tercer paquete de ayuda para la lejana Ucrania, 40.000 millones de dólares (para los lectores españoles: aproximadamente, dos ministerios de Igualdad), no ayuda a explicar la situación.

Las familias estadounidenses se están desesperando por encontrar opciones mientras lidian con una escasez masiva de leche maternizada en todo el país, lo que lleva a los legisladores a exigir que la Administración Biden tome medidas para resolver la crisis.

La falta de existencias alcanzó un espectacular 43 por ciento en la primera semana de mayo, frente al 30% a principios de abril, según Datasembly. Los problemas en la cadena de suministro causados por los cierres y restricciones con la excusa de combatir la pandemia, sumados a la inflación galopante, han contribuido a la escasez. Y el resultado es millones de padres buscando desesperados lo que sus hijos recién nacidos necesitan para sobrevivir.

Hay que entender, para empezar, que la lactancia materna es relativamente rara en Estados Unidos. Aproximadamente el 35% de los recién nacidos son amamantados a los seis meses de edad y solo el 15 por ciento al año de vida; la leche maternizada es la única fuente de nutrición para una abrumadora mayoría. Teóricamente, la fórmula podría prepararse en casa, pero equivocarse en los ingredientes podría tener consecuencias peligrosas.

Mientras tanto, la escasez de fórmula está teniendo un impacto desastroso no solo en los recién nacidos sino también en los niños mayores y adultos con necesidades dietéticas especiales.

La semana pasada, Politico señaló que la escasez abarca fórmulas especializadas que son lo único que mantiene con vida a muchos niños y adultos». Como escribe un tuitero anónimo, «en la América de Joe Biden es más fácil abortar niños que alimentarlos».

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