La Ley vasca de Memoria Histórica, aprobada este martes por el Consejo de Gobierno para su tramitación parlamentaria, incluye multas de hasta 10.000 euros para «cualquier tipo de manifestación que suponga el enaltecimiento del franquismo».
El Gobierno vasco conformado por PNV y el PSE ha aprobado un anteproyecto de ley que incorpora sanciones desde los 200 hasta los 150.000 euros. Las multas más graves se establecen para quienes realicen excavaciones ilegales de enterramientos o destruyan estas tumbas de víctimas de la Guerra Civil y del régimen de Franco.
Además, se sancionará con entre 2.001 y 10.000 euros las manifestaciones públicas tanto en actos como a través de medios de comunicación y redes sociales sobre la Guerra Civil y el franquismo.
Mientras, permite la exaltación de la banda terrorista de ultraizquierda ETA en la región a través de homenajes y recibimientos a sanguinarios terroristas a su salida de las cárceles.
Precisamente este lunes, la Fundación Villacisneros pidió que no se celebre la marcha en favor del etarra Henri Parot, asesino de 39 personas, organizada por la red ciudadana Sare y el colectivo batasuno Elkartasun Eguna en Arrasate (Guipúzcoa) el próximo 18 de septiembre.
En un comunicado, la Fundación calificó de «inconcebible» que las instituciones «asistan impasibles» a esta nueva humillación a las víctimas del terrorismo.
«Si las autoridades no toman la iniciativa para atajar estos actos humillantes, debe ser la sociedad civil quien reclame su actuación», añadió la entidad. Y señaló que «resulta indignante que con absoluta normalidad la sociedad vasca asuma indiferente un acto tan vergonzoso y humillante como este». «Un acto que no solo ofende la memoria de las víctimas del terrorismo, sino que debiera indignar a cualquier persona con un mínimo de dignidad».
Para la Fundación, la celebración de estos actos «lleva a pensar que algo se está haciendo muy mal por parte de las instituciones vascas». «No solo porque no los atajen como es su obligación legal, sino por el hecho de que la sociedad los acepte como si no pasara nada». «Está fallando el sistema educativo, pero también la pedagogía que un gobierno democrático debe hacer para, además de evitar su celebración, conseguir que la sociedad los repudie».