El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH) se ha convertido en los últimos años en un refugio de tiranías que torturan, secuestran y llevan a cabo ejecuciones extrajudiciales, aunque su presencia implique, según su principio fundacional, «ser responsable de promover el respeto universal por la protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de todas las personas».
Así, el pasado año la Asamblea General eligió a Cuba como nuevo miembro, pese a contar con más de un centenar de presos políticos y violar sistemáticamente los derechos humanos. Era su reingreso dado que ya había sido miembro del CDH durante cuatro periodos -de tres años cada uno-.
La decisión, celebrada por la narcodictadura, cayó como un «jarro de agua fría» en la disidencia al castrismo y más de 80 entidades de la sociedad civil mostraron su oposición asegurando que «un régimen de partido único que criminaliza libertades fundamentales» no merecía ocupar un lugar en el organismo.
En este sentido, las entidades recordaron que se mantiene una política de Estado que «criminaliza los derechos a la libertad de asociación, reunión, prensa, expresión y participación política» y que en la Resolución que creó en 2006 el CDH se estableció que al elegir a sus miembros se debería tener en cuenta «la contribución (…) a la promoción y protección de los derechos humanos».
En la misma sesión se decidió también incluir a China, gigante asiático señalado por todos los observatorios de Derechos Humanos por su represión bajo la era de Xi Jinping y por los altos niveles de crueldad.
El régimen, dirigido férrea y verticalmente por el Partido Comunista, ha hecho desaparecer médicos por denunciar la criminal actuación de las autoridades en la gestión del coronavirus, impone el terror en Hong Kong donde diariamente son detenidos todos aquellos sospechosos de ser demócratas, y reprime a los uighures, pueblo al que obligan al trabajo forzoso, y en el Tibet.
Cabe recordar que los miembros del Consejo sirven por un período de tres años y no son elegibles para reelección inmediata después de servir dos mandatos consecutivos.
Y ahora… el tirano Maduro
Este miércoles se supo que el tirano Nicolás Maduro intervendrá en la inauguración de la 46ª sesión del Consejo que tendrá el próximo 22 de febrero.
La participación llegará en un momento de gravísima crisis humanitaria en Venezuela, país que ya ha expulsado a más de cinco millones de Venezolanos de su nación, y pese a las denuncias de crímenes de lesa humanidad en el país.
La Organización de Estados Americanos (OEA) concluyó el pasado mes de diciembre en un nuevo informe que, desde las protestas de 2014, se registraron en Venezuela más de 18.000 ejecuciones extrajudiciales y unas 15.500 detenciones arbitrarias, por lo que reclamó la intervención urgente de la Corte Penal Internacional, con sede La Haya.
Asimismo, esta semana Amnistía Internacional ha pedido a la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional (TPI) que investigue la muerte de 14 hombres entre el 6 y el 9 de enero en una zona de Caracas por tener indicios de ejecuciones extrajudiciales.
