«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
TRIBUNA LIBRE

El necesario regreso a la ideología para terminar para siempre con el socialismo

Con la caída del telón de acero podemos decir que desaparece también la ideología socialista. Pero no los socialistas y comunistas, estos permanecen. Se inicia entonces, una corriente de pensamiento contraria a las ideologías; a todas. Como si al fracasar la ideología socialista tuviera también que desaparecer la ideología liberal o liberal conservadora… como queramos llamarla. 

Durante estas últimas décadas, las izquierdas se han dedicado a lanzar una suerte de cápsulas con una fuerte carga de “moralina” contra la axiología de la filosofía que queda viva, el liberalismo, ya que el socialismo como ideario pasó a mejor vida. Pastillas de “moralina” progre. 

La ideología se estructura con muchas ideas y unos pocos principios axiológicos. Dentro del liberalismo hay un pilar, por ejemplo, que es el de la separación de poderes. ¿Es dogmatismo su defensa a ultranza? ¿Cabe en cabeza alguna ser sólo un poquito partidario de la separación de poderes? 

Tenemos presente y asumida la idea de la bondad social de pagar impuestos; de acuerdo con la idea. Pero existe un principio irrenunciable que es la defensa de la propiedad privada. Y en base a ese principio ideológico se establece que los impuestos no pueden ser ni confiscatorios ni expropiatorios. La carga fiscal en España claramente lo es. Este es un ejemplo de como un valor fundamental se debería anteponer a una idea. Y tiene relevancia puesto que el  comunismo moderno se establece por vía fiscal, utilizando pastillitas ideologizadas y al final puede acabar afectando a otros derechos fundamentales. Se ha visto en el ataque a la libre circulación de las personas en la guerra contra los youtubers. 

Al denostarse las ideologías, las fuerzas políticas dejan de llamarse por su nombre para denominarse en función de un espacio que en si nada dice. Espacio de derecha, izquierda y espacio de centro. Si asumimos -y es mucho asumir- que la derecha es liberal-conservadora y que la izquierda es socialista, ¿qué es el centro? ¿Una posición que defiende los principios liberales en porcentajes? ¿Un 25% de separación de poderes, un 40% de libertad de enseñanza…?

Se dice que en España quien ocupa el centro gana las elecciones. Esto es un cuento; la realidad es que el centro es un cúmulo de fracasos. A saber: UCD, CDS, Operación Roca, UPyD, Ciudadanos… Tenemos la idea del éxito del centro debido a Adolfo Suarez, pero en esa ocasión se apoyaba un proceso constituyente y se tenían serias dudas sobre la sinceridad democrática de los de Alianza Popular. Salvo en esos primeros años de Suarez, el centro ha caído  repetidamente. Tal vez porque no existe. 

Prescindir de la ideología es dejar en manos socialistas un arma muy poderosa para destruir a las sociedades libres sin necesidad de molestarse en entrar en debates serios y profundos, en debates ideológicos. Los izquierdistas pueden criticar a los contrarios tan solo despreciando a la derecha, sin más. Sin entrar a valorar la libertad, la propiedad privada, la igualdad de oportunidades, la nación de ciudadanos libres e iguales, la libertad de enseñanza… en fin todo  lo que se ha ido construyendo por el liberalismo desde la Revolución Francesa. En verdad, todo lo que no es liberalismo en sentido muy amplio es antiguo régimen y absolutismo. 

Los ciudadanos debemos sentirnos orgullosos de defender con rigor y seriedad los principios fundamentales de las sociedades occidentales. Debemos sentirnos libres diciendo: yo no soy machista por la misma razón que no soy feminista, porque creo en la igualdad de oportunidades. Necesitamos darnos importancia defendiendo las bases  axiológicas del liberalismo en sentido global. Ideológicamente, hemos de defender los derechos individuales de la persona frente a la limitación de estos a través de la imposición de espurios derechos colectivos o de grupo. Por eso, un político como Ayuso lanza el mensaje de fuerte carga ideológica “socialismo o libertad” y por eso, partidos fuertemente ideologizados como VOX presentan una tendencia ascendente. 

La ciudadanía valorará a quien ofrezca esa propuesta de orgullo ideológico. A quién no permita que un delincuente común como el ya exvicepresidente del gobierno, Pablo Iglesias, haga apología del comunismo en el Congreso. Seguirá a quién ofrezca preservar la memoria individual de las personas. A quien ayude, en fin, a terminar para siempre con el socialismo, pero no por imperativo legal, sino por la aplicación del más elemental sentido común.

TEMAS |
.
Fondo newsletter