El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la Ley de Cambio Climático que busca reducir un 23% las emisiones con el respaldo del Partido Socialista, Unidas Podemos, Ciudadanos, ERC, PNV, Teruel Existe y los proetarras de EH Bildu. El Partido Popular y Más País, que buscaba una reducción «más ambiciosa» de las emisiones, se han abstenido. Solo VOX se ha opuesto a la Ley.
La nueva norma, impulsada por el ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico Teresa Ribera, busca, entre otras medidas, reducir el consumo de alimentos de origen animal al estilo Bill Gates. El multimillonario aseguró en la presentación de su nuevo libro ‘Cómo evitar un desastre climático’ que «las naciones ricas deberían pasar a la carne 100% sintética», asegurando que se debe forzar un cambio que redirija a la población al consumo de carne artificial.
La Ley de Cambio Climático, a la que solo se ha opuesto VOX, busca reducir en un 23% las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030 respecto a las de 1990. Un objetivo que pretende conseguir con la prohibición en 2040 de la venta de vehículos que emitan CO2 o que en 2050 el 100% de la electricidad de España se produzca con energías renovables.
Desde VOX justifican su negativa a la ley. El sindicato Solidaridad defiende que la norma y el «ecologismo radical», un «ecologismo mal entendido e impuesto por organismos supranacionales a través de regulaciones medioambientales, y apuntalado por el consenso progre» tiene multitud de consecuencias negativas para las empresas españolas, como son «la deslocalización de empresas, la desindustrialización, la pérdida de soberanía energética y en definitiva la pérdida de empleo estable y de calidad«.
Para el sindicato promovido por VOX «la excusa del clima solo atiende a intereses de las élites«, muy distintos a los de los españoles. «El ecologismo hipócrita señala, desde sus mansiones privadas en las grandes ciudades, a los agricultores, ganaderos, pescaderos, mineros y a todas aquellas familias humildes que viven de la naturaleza, culpabilizando así de los problemas medioambientales a quienes más la protegen», aseguran.
