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Investigado por apoyarse en sondeos de opinión manipulados

Escándalo en Austria: Kurz, en la cuerda floja por hacer lo que Sánchez y Tezanos repiten en España

El canciller austriaco. Sebastian Kurz. Reuters

La Justicia austriaca llevó a cabo el pasado miércoles registros en la sede del Partido Popular Austriaco (OVP) del canciller, Sebastian Kurz, y en varios despachos de la Cancillería, en el marco de una investigación por presuntos delitos de corrupción.

En concreto, Kurz está acusado de incitar al pago de sobornos, mientras que varias personas de su círculo más cercano están acusadas del pago de los mismos, entre los que destacan, entre otros, sus estrategas de medios de comunicación.

Se le acusa de apoyarse en editoriales y sondeos de opinión manipulados para alcanzar el poder, hecho que ocurre habitualmente en otro países europeos como España, dónde muchos se preguntan si las encuestas se hacen para conocer la opinión de los ciudadanos o si en realidad buscan orientar el voto, principalmente cuando el que las diseña [como en el caso del presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos] comparte militancia política con uno de los partidos implicados [PSOE] y el Ejecutivo solo hace incrementar el presupuesto del organismo [en 2021, hasta los 9,12 millones de euros].

Sarkocy y Kurz, en la convención del PP

El PP contó en su convención nacional del pasado fin de semana con la presencia del expresidente francés Nicolas Sarkozy, condenado un día después por un tribunal de Francia a un año de cárcel por financiación ilegal de su campaña electoral a la Presidencia en 2012. Y lo hizo poniéndole como ejemplo de «gestión». «Es un honor contar con Sarkozy«, afirmó Pablo Casado al presentar al exmandatario.

Kurz, por su parte, participó de forma telemática y agradeció al líder del PP su invitación como canciller de Austria. «Nos alegra, querido Pablo, que quieras seguir un camino similar en España [al de Austria] y nos complace que seas una voz proeuropea fuerte, para nosotros la UE es algo cuya existencia damos por hecho», dijo. El canciller fue cortado de manera abrupta cuando comenzó a hablar sobre inmigración y refugiados, y la carga que estos flujos migratorios pueden suponer para la economía española. 

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