Varios acontecimientos recientes ocurridos en Honduras crean las condiciones para que la candidata del Foro de Sao Paulo, Xiomara Castro -esposa del ex mandatario Manuel Zelaya,- gane las próximas elecciones presidenciales, a realizarse el 28 de noviembre.
El primero de ellos es la alianza firmada entre el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) –cuyo coordinador es Zelaya y además pertenece al Foro de Sao Paulo– y el Partido Salvador de Honduras que preside Salvador Nasralla, puesto que la suma de los simpatizantes de ambas toldas podrían asegurar el triunfo de Xiomara Castro.
El segundo es el apoyo dado por la izquierda iberoamericana reunida recientemente en México a la opción de Xiomara Castro, respaldo político que por lo general se traduce en financiamiento, asesoría y acceso a medios internacionales.
Y el tercero es la reunión sostenida entre el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y Daniel Ortega en la cual Hernández manifestó abiertamente su apoyo al dictador nicaragüense a días de realizarse la farsa electoral del 7 noviembre en la que que la competencia no existe. Esto tras la detención y encarcelamiento de siete precandidatos opositores que derrotarían a Ortega en las urnas, según las encuestas.
Esta reunión se realizó en el marco de las acusaciones que hace EEUU en contra de Hernández por temas de narcotráfico
No es descabellado, por tanto, sospechar que Hernández esté negociando la entrega de Honduras al Foro de Sao Paulo –es decir, favorecer a la candidata Xiomara Castro– a cambio de apoyo e impunidad una vez entregue el poder. Y es que existe un antecedente en este sentido, puesto que en el año 2008 el entonces presidente de El Salvador Tony Saca, acosado por la corrupción, negoció con el Foro de Sao Paulo el triunfo de Mauricio Funes a cambio de impunidad. De hecho, Daniel Ortega otorgó a Saca la nacionalidad nicaragüense para protegerlo de la justicia.
Lamentablemente, pareciera no haber suficiente voluntad de lucha en Honduras para detener a Xiomara Castro en parte porque los recientes gobiernos de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández han dejado mucho que desear.
Muchos piensan que no tiene sentido denunciar a Xiomara Castro y a su marido, el expresidente Manuel Zelaya, para favorecer a un candidato –en este caso Nasry Asfura, del Partido Nacional– que pudiera representar «más de lo mismo». Sin embargo, quienes vivimos la tragedia de ver a nuestra nación manejada y acabada por funcionarios del Foro de Sao Paulo sabemos que si gana la candidata de esa organización criminal perderán la democracia, las libertades y a su país. Y Honduras seguiría exactamente el mismo camino de Venezuela.
