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El descrédito de la clase política y la amenaza comunista orbitan sobre el país

Honduras en la encrucijada: ¿Se replicará el modelo chavista en la nación centroamericana?

Xiomara Castro, candidata del Foro de Sao Paulo en Honduras. Twitter

En la actualidad Honduras vive un momento estelarísimo para su institucionalidad, el cual tendrá su clímax el próximo 28 de noviembre del presente año 2021, cuando se celebrarán unas elecciones generales que significarán la asunción en la nación centroamericana del socialismo o comunismo —bien advirtió Fidel Castro que son lo mismo— o el mantenerse dentro del sistema democrático con todas las imperfecciones que este pueda tener.

Libertad o totalitarismo es la disyuntiva a aclarar con estos comicios en los que el pueblo deberá tomar la decisión ante las dos principales opciones que se le presentan: Xiomara Castro de Zelaya por el partido Libertad y Refundación (Libre) o Nasry Asfura mejor conocido como «Papi a la Orden», actual alcalde de Tegucigalpa, por el Partido Nacional. Todo en medio de un clima de violencia que amenaza, no solamente la paz del país, sino de la región entera.

Aunque a los comicios acuden 14 candidatos, sólo tres de ellos tienen verdadera opción según arrojan la mayoría de las encuestas. Por ejemplo, la consultora CID-Gallup refería en octubre que Xiomara Castro tenía 21 por ciento de intenciones de voto, frente al 26 por ciento de Nasry Asfura. Mientras que otros sondeos de fecha más reciente aseguran que la esposa de Manuel Zelaya supera al candidato del Partido Nacional. Hablamos de un estudio del Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), que indicaba que después de la alianza que establecieron Castro y Salvador Nasralla del Partido Salvador, la preferencia por Xiomara Castro subió a 38 por ciento contra 21 por ciento de Asfura. Por su parte la encuestadora mexicana Treasearch dice que Castro se encuentra punteando con 31,8 por ciento, entretanto Asfura tiene 30,9 por ciento de preferencia.

A ellos, los sondeos de opinión agregan a Yani Rosenthal, abanderado del Partido Liberal y quien fue condenado y pagó sentencia de tres años en Estados Unidos por lavado de dinero. Circunstancia esta que parece no ser óbice para el candidato, quien acepta haber cometido un error, pero asegura tener autoridad moral para gobernar Honduras.

Además, la cita convocada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) hondureño permitirá renovar a los titulares de cargos de elección popular de los poderes Ejecutivo y Legislativo, siendo la escogencia del actual presidente de la república, el sucesor de Juan Orlando Hernández, el principal reto al que se enfrenta la ciudadanía. Asimismo, se elegirán tres vicepresidentes; 128 diputados titulares al Congreso y sus respectivos suplentes; 20 diputados al Parlamento Centroamericano; 298 alcaldes y 298 vicealcaldes; al igual que a 2.092 regidores.

Crisis institucional

Lo cierto es que Xiomara Castro de Zelaya, esposa del expresidente depuesto Manuel Zelaya, procura convertirse en la primera mujer presidenta de Honduras y darle continuidad al proyecto de su marido, según denuncian sus opositores, quienes sostienen que ella representa el regreso de la izquierda, así como la instauración del totalitarismo y del socialismo del siglo XXI dadas sus relaciones con chavismo.

Tal cometido de Castro y Zelaya se estaría gestando en un momento en el que el país se encuentra sumido en una grave crisis institucional que se refleja en las graves acusaciones que se han formulado en contra del actual presidente en funciones, Juan Orlando Hernández (JOH), a quien autoridades judiciales de los Estados Unidos han señalado de mantener vínculos con el narcotráfico, razón por la cual sería objeto de investigación. Ya la justicia estadounidense juzgó y sentenció a cadena perpetua al hermano de JOH, el exdiputado Juan Antonio “Tony” Hernández, por participar en actividades de tráfico de drogas patrocinado por el estado.

En la Corte del Distrito Sur de Nueva York, durante el proceso judicial de este último, salió a relucir el nombre del mandatario cuando los fiscales del caso refirieron que mantenía relaciones con organizaciones del narcotráfico, actividades irregulares y delictivas en las que también incurrirían otros funcionarios y miembros del partido de gobierno. No tuvieron empacho las autoridades del Departamento de Justicia de los EE. UU. en denunciar que Honduras se ha convertido en un “narcoestado”.

JOH negó tales acusaciones durante su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas que tuvo lugar en septiembre de este año, donde mostró transcripciones de grabaciones de la DEA en las que supuestos narcotraficantes aseguran no poder hacer negocios con él. Sostuvo que “Los narcos se quejan (en los documentos) de que a pesar de sus esfuerzos no pueden arreglar nada conmigo, que no soy alguien con quien puedan trabajar, ni negociar, por el contrario, saben que sería implacable con el crimen organizado, discuten incluso cómo intentar matarme”.

El asunto es que resulta sumamente grave que las autoridades de una nación se vean envueltas en este tipo de hechos que quebrantan la institucionalidad del país. Así las cosas, Honduras se habría convertido en un centro de operaciones del crimen organizado que las elecciones convocadas están muy distantes de poder solucionar, máxime si de ella deriva la entrada del país centroamericano en el coro de naciones suramericanas que se han sumado al socialismo sumiendo a sus pueblos en la más absoluta miseria y opresión. Los resultados que se vislumbran, pues, sólo apuntan al agravamiento del panorama actual.

En medio de ese clima, Juan Orlando Hernández se mueve afanosamente para que se materialice el triunfo del abanderado del oficialista Partido Nacional, Nasry Asfura, de modo de garantizarse protección en caso de que las investigaciones en su contra prosperen. El detalle es que el propio Asfura ha sido objeto de acusaciones por malversación de fondos durante su gobierno y en aras de no verse salpicado, ha tratado de desmarcarse de JOH al presentar su candidatura como “diferente” a este. “Soy diferente a cualquier político (…) Aquí me tienen firme para trabajar y para generar oportunidades de trabajo».

Clima de violencia

A esta ya difícil situación se suma un clima de violencia generalizado en todo el país.

Así, a la tensión ocasionada por la gran polarización política reinante, el panorama de un país tradicionalmente dominado por los grupos violentos denominados “maras”, el narcotráfico, la corrupción, la crisis económica, la crisis migratoria, se agrava por una ola de crímenes que, según Isabel Albaladejo Escribano, vocera de la oficina en Honduras del Alto Comisionado de DDHH de la ONU, totaliza 29 muertes entre un total de 63 casos graves de violencia política contados desde que se produjo el llamado a elecciones. Describe “un contexto de violencia política preelectoral superior al de 2017, así como de otros países de la región”.

“Por ejemplo, entre éstas encontramos seis alcaldes y vicealcaldes, cuatro regidores (que vienen a ser como concejales) … Entonces, si comparamos estas cifras con las del período preelectoral del año 2017, estamos hablando de una cifra tres veces superiores a las de la violencia política de hace cuatro años y con números muy superiores al de otros países de la región en la misma franja temporal, incluso superiores a México”, refiere Escribano en declaraciones al portal RFI.

A ello, la funcionaria contabiliza 240 ataques a defensores del medio ambiente en lo que va de 2021 y la criminalización de la protesta a través de una reforma legal.

Por su parte, Human Rights Watch en el capítulo Honduras de su Informe Mundial 2021 que hace referencia a los eventos ocurridos en 2020, ya advertía de la fragilidad de la institucionalidad en la nación centroamericana, lo cual era consecuencia de la corrupción sistémica, la impunidad y las violaciones de derechos humanos.

En tal sentido, cita el hecho de que “Funcionarios gubernamentales, incluido el Presidente Juan Orlando Hernández, han sido vinculados con la delincuencia organizada. Un nuevo código penal que entró en vigor en 2020 redujo las penas por corrupción y otros delitos relacionados. La mayoría de las violaciones de derechos humanos permanecen en la impunidad. La tasa de homicidios del país continúa entre las más altas del mundo. La actuación del poder judicial y la policía, donde la corrupción y los abusos son generalizados, sigue siendo en gran medida ineficaz. Asimismo, la policía participa en actividades delictivas”.

Entretanto, la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas de Derechos Humanos (Oacnudh) manifestó su «preocupación» por la violencia hondureña transparentada en las muertes violentas registradas en las últimas horas en Honduras en el contexto de las elecciones generales del próximo 28 de noviembre”.

Refieren que desde que fueron convocadas las elecciones primarias en septiembre de 2020 hasta la fecha —catorce meses— se han registrado por lo menos «28 muertes en el contexto de violencia política. Condenamos los actos de violencia electoral que afectan el derecho a la participación política».

El organismo formuló un llamado a los actores involucrados en el proceso electoral, así como a las autoridades hondureñas a «llevar a cabo elecciones pacíficas con respeto a los DDHH» y a realizar «investigaciones prontas, exhaustivas e imparciales que permitan identificar y sancionar a los responsables» de los crímenes.

En líneas generales, una nota de EFE refiere que de enero a septiembre los homicidios en Honduras, comparados con el mismo período de 2020, se incrementaron 6,5 por ciento. Para el noveno mes se contabilizaban 2.700 casos. “La media diaria de asesinatos en Honduras durante el periodo de referencia fue de 9,95 por cada 100.000 habitantes, lo que supone un alza de 6,4 puntos en comparación con los primeros 9 meses de 2020 (9,35)”.

Xiomara Castro de Zelaya: Candidatura a la venezolana

Distintos voceros, tanto de Honduras como de Venezuela, han denunciado que la candidatura de Xiomara Castro de Zelaya presenta una oferta similar —copiada al calco, señalan algunos— a las del socialismo del siglo XXI instaurado por el finado expresidente venezolano, Hugo Chávez Frías.

La relación de vieja data entre el difunto mandatario y Manuel Zelaya daría sustento a estas aseveraciones, toda vez que entre ambos se gestó un vínculo que, para el primero significaba respaldo internacional a sus políticas y postulados comunistas, y al segundo, financiamiento.

De hecho, el excandidato presidencial, Henrique Capriles, denunció que Chávez “donó” USD 100 millones a Honduras cuando Zelaya estaba en la presidencia, un dinero que el Banco Central de Honduras advirtió que no había ingresado a dicha entidad. El expresidente hondureño Roberto Micheletti igualmente alertó que el Partido Libre de Zelaya se financia con fondos provenientes de Venezuela. Un financiamiento que habría continuado durante la administración de Nicolás Maduro, de acuerdo a declaraciones de Hugo Carvajal, exjefe de inteligencia venezolano.

De estos vínculos también da pistas la adscripción del partido Libre al Foro de Sao Paulo, “una organización regional creada a instancia de Fidel Castro, quien impulso al ex presidente de Brasil, Luz Inácio ‘Lula’ Da Silva, a promoverla y conformarla con el objetivo de servirle de plataforma a su proyecto expansionista, así como de fuente de financiamiento”, de acuerdo a Hilda Molina exdiputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba que, en 1994, rompió con Fidel Castro y su movimiento. Tal expansión la plantea el FSP, no ya a través de la lucha armada, sino de la vía electoral. “Llegar al poder por vías democráticas y después desmantelar las instituciones propias de la democracia”.

A ello se suma el apoyo que la Internacional Progresista, una organización socialista, ha manifestado a Xiomara Castro y que pretende presentarse como observador de los comicios, según alerta la periodista Nitu Pérez Osuna, quien subraya que más que observadores electorales, este grupo lanza un discurso político idéntico al de los esposos Zelaya.

La Internacional Progresista publicó este miércoles en su cuenta de Twitter que “se encuentra en Tegucigalpa para llevar a cabo una observación oficial mientras la escalada de violencia amenaza las elecciones del domingo”.

La propia oferta electoral de Xiomara Castro es base para las sospechas, en razón que Mel Zelaya manifestó que la “izquierda siempre será una sociedad que protesta frente a las injusticias y ahí queremos estar nosotros y así queremos ser si llegamos a convertirnos en gobierno, un partido que vele por la disminución de las desigualdades, por la gente que sufre, que tiene dolor en este país, esa es la izquierda”. Y reconoció: “Es falso que Hugo Chávez me buscó a mí. Yo lo busqué a él para que ayude a Centroamérica. Lo único que le debe Honduras a esta revolución bolivariana son favores que no tenemos cómo pagarlos pero que forman parte del nuevo movimiento de resistencia».

Y es que el ofrecimiento de Xiomara Castro en nada difiere del tradicional de la izquierda: “Hay 30 principales propuestas a ejecutar en los primeros 100 días. Entre ellas, las que van a beneficiar al pueblo de manera inmediata son, rebajar el precio de los combustibles, rebajar el costo de la energía eléctrica y que los pobres que son más de 700 mil familias, no paguen energía eléctrica (150 Kva), matrícula gratis, merienda escolar, becas para los jóvenes y vacunación masiva al 100%. En materia económica readecuación de la deuda e incentivos inmediatos para la producción agrícola y pecuaria, medidas urgentes en seguridad, medio ambiente y Derechos Humanos”.

Incluso, el programa de gobierno presentado por Castro de Zelaya, ha sido denunciado de ser una réplica de la propuesta que Hugo Chávez presentó al electorado, tal como lo señala Luis Rafael Monch, analista político venezolano, quien en un artículo del Diario Las Américas cita que la abanderada del partido Libre dice que el objetivo de su plan es “refundar las funciones básicas del Estado, de la justicia y las instituciones republicanas, con cuyo rompimiento y descalabro en 2009 comenzó esta deriva”.

Tal como se advertía Chávez, Castro de Zelaya sostiene que el modelo político de la constitución vigente en Honduras está agotado, lo cual se evidenció en la destrucción de “la primera consulta popular de la historia de Honduras, la cuarta urna”, base de la reelección indefinida, como igualmente lo instauró el venezolano.

 “En mi análisis afirmó que ambos programas son idénticos y que, de implementarse, a Honduras le ocurrirá lo mismo que a Venezuela, es decir, sufrirá hambre, miseria, pérdida de las libertades y subordinación al castro comunismo cubano”, alerta Monch.

La conversión de las Fuerzas Armadas en guardias pretorianas al servicio de sus proyectos políticos, los subsidios condicionados, el aborto, la ideología de género, entre otros asuntos que atentan contra el crecimiento de la sociedad mundial porque atacan la familia, los valores y los principios fundamentales de la sociedad, son parte de las propuestas y reformas que plantea Xiomara Castro.

La propuesta de Nasry Asfura

Entretanto, el candidato del Partido Nacional, Nasry Asfura, resume su plan de gobierno en seis puntos, a saber, «Democracia ciudadana, paz social y transparencia; Desarrollo económico, generación de empleos y atracción de inversiones, y Capital humano, equidad de género, educación y salud».

Así como «Responsabilidad fiscal y gestión transparente de los recursos públicos; Infraestructura, vivienda, agua y medio ambiente y Política exterior».

Promete incentivar la educación en todos los niveles para buscar la excelencia profesional con el fortalecimiento de la educación en materia tecnológica.

Asfura propone la promoción de agro maquilas y el fortalecimiento para la industria agrícola, impulsar el desarrollo de nuevos destinos turísticos en cada departamento del país, acciones de apoyo económico para el crecimiento de las unidades productivas e incentivo de empleo para los migrantes retornados.

Tal objetivo lo lograría incentivando la inversión nacional e internacional, la búsqueda de nuevas fuentes de financiamiento y capital semilla a bajas tasas de interés, así como la exclusión de la pequeña y mediana empresa de la central de riesgos.

Además, sustenta su programa en el incentivo a la educación en todos los niveles para buscar la excelencia profesional con el fortalecimiento de la educación en materia tecnológica. Plantea la realización de proyectos de infraestructura con planes de trabajo ejecutivos y transparentes que sobrepasen los periodos regulares (cargos) de la administración pública.

Asfura lo resume así: “Generar oportunidades de trabajo en infraestructura, agricultura y ganadería; y fortalecer la maquila. Todo eso nos va dar rápidamente oportunidades de trabajo. Así podremos resolver muchos temas simultáneamente. Por un lado, el tema de la seguridad ya que, al tener una oportunidad de trabajo, cambiará la vida de muchos. Y muy ligado a eso, la salud y la educación: llevar la salud lo más cerca posible a las comunidades y municipios; así como mejorar y fortalecer la educación. No podemos seguir de la misma manera en que el ‘papá gobierno’ ha administrado el país por décadas. Nosotros tenemos que cambiar la forma de administrar el país”.

Dinero para los hondureños

La tercera oferta que se presenta no deja de ser llamativa, toda vez que Yani Rosenthal, candidato del Partido liberal de Honduras, plantea el reparto de dinero entre los hondureños.

El programa de Rosenthal, denominado «Ingreso básico universal» propone que todos los hondureños mayores de 18 años reciban 1.500 lempiras mensuales (USD 62), oferta que los críticos catalogan de populismo.

Sostiene que «hay que pasar de una economía de consumo, como es ahora, a una de exportación».

Además, propone aumentar las exportaciones agrícolas de Honduras en 2022 y para 2023 y 2024 subir las de manufactura ligera y textil; aprovechar los conflictos comerciales entre China y EE. UU., para atraer inversiones estadounidenses; mejorar la educación, turismo y combate a la corrupción.

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