Las autoridades húngaras han impedido que más de 54.000 inmigrantes crucen la frontera ilegalmente desde principios de este año y han procesado a más de 500 traficantes, según recientes declaraciones de György Bakondi, asesor en materia de seguridad nacional del Gobierno de Viktor Orbán.
Bakondi ha reconocido que estas cifras han significado un aumento respecto a datos del año pasado, cuando los agentes fronterizos de la policía de Hungría detuvieron un total de 17.000 inmigrantes ilegales y se procesó judicialmente a 200 traficantes. “El contrabando de personas es un negocio prospero”, ha dicho a la emisora pública M1, según recoge Hungary Today.
El pasado 5 de agosto, el ministro de Relaciones Exteriores, Péter Szijjártó, compartió en su perfil de Facebook un fragmento del programa de FOX News, Tucker Carlson Tonight, y añadió que mientras estén en el gobierno [Fidesz], «ningún inmigrante ilegal pondrá un pie en Hungría”.
El periodista Tucker Carlson enfatizó en su programa la decisión del Gobierno de Hungría de levantar una valla fronteriza a lo largo de las fronteras del sur del país «frente a una gran presión internacional» para responder a la crisis migratoria de 2015. Según Carlson, ese «muro había terminado efectivamente con la inmigración ilegal”.
Conforme relató Carlson, durante su visita a la frontera entre Hungría y Serbia fue testigo de cómo oficiales de policía en la frontera de Hungría interceptaban a dos inmigrantes ilegales de origen sirio y les acompañaban de vuelta a territorio serbio.
Cabe señalar que Hungría ha sido siempre criticada por su tratamiento hacia los solicitantes de asilo. A principios de año, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (FRONTEX) terminó por suspender las operaciones en este país. Esta decisión se produjo después de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en diciembre, que señalaba que Hungría violó la normativa europea al devolver a posibles solicitantes de asilo a Serbia.
Al margen de dichas presiones, el Gobierno de Viktor Orbán ha sabido mantenerse firme en la defensa de su pueblo y su identidad frente a la amenaza de la inmigración ilegal. Y señal de ello es el creciente número de ilegales interceptados que, según las cifras dadas a conocer, supone un incremento de detenciones superior al 200%.
Además de Hungría, Lituania también se enfrenta al incremento de intentos de entradas ilegales. En estos momentos sufre un aumento exponencial de la inmigración ilegal proveniente de Bielorrusia, lo cual ha llevado a las autoridades lituanas a declarar previamente un estado de emergencia.
Bakondi mencionó esta situación en la frontera entre Lituania y Bielorrusia, y destacó que la comisaria europea para Asuntos de Interior, Ylva Johansson, estuvo recientemente en Lituania y que, “apartándose de su postura habitual», alentó a los países que sufren esta presión migratoria a que protegiesen sus fronteras adecuadamente.
En este sentido, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ya destacó que la República Helénica comprende la experiencia de Lituania con los problemas de la inmigración ilegal y enfatizó que Grecia apoyará a Lituania para combatir los problemas de inmigración en la frontera con Bielorrusia.
