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tras abrazar al Foro de sao Paulo y el Grupo de Puebla

La crisis del progresismo en Paraguay tras ser aplastado en las elecciones municipales

Colegio electoral en Paraguay. Reuters

Las pasadas elecciones municipales celebradas en Paraguay, que sufrieron un retraso de un año como consecuencia del virus de Wuhan, revestían novedades muy significativas: la primera -producto de la reforma del Código Electoral- fue la abolición del llamado «voto lista» para pasar a un formato más democrático, transparente y moderno como es el «voto preferencial» o uninominal, es decir, el voto por nombre y apellido del candidato, y la segunda fue que [los comicios] estuvieron empañados de hechos de sicariatos a algunos candidatos a concejales en el interior del país.

Sobre la base de ese contexto se celebraron las elecciones municipales tal y como estaba programado por el ente rector y los resultados, sin duda, fueron sorprendentes.

En Asunción, la capital el tradicional y conservador partido Asociación Nacional Republicana (ANR)/Partido Colorado se adjudicó la victoria con su candidato Óscar ‘Nenecho’ Rodríguez como Intendente, después quedó Luís Fernando Bernal seguido de otro colorado, Jorge Capello. En crudo, de las 25 bancas de la Junta Municipal, 15 las ganaron los colorados, 5 para el Partido Liberal – PLRA (hoy más progresista que liberal), 3 para Patria Querida (partido de centro) y apenas 1 banca para la “Alianza” (conglomerado de partidos izquierdistas radicales).

A nivel nacional, el panorama no fue muy diferente al ocurrido en la capital del país, pues de 235 Intendencias en disputa, 161 fueron ganadas por la ANR, mientras que las 74 restantes fueron ganadas por la oposición en una distribución equitativa (37 Intendencias para el PLRA y 37 Alianza). Los bastiones opositores más importantes se quedaron en manos de la oposición como es el caso de Ciudad del Este y Encarnación, al tiempo que Luque, la tercera ciudad más poblada del país, le correspondió a la ANR.

Más allá de los números, ¿cuál es el meta-mensaje de estos resultados electorales? Para dar respuesta al planteamiento debemos tener presente dos grandes realidades sobre la dimensión socio-política del Paraguay reciente: la primera que se trata de una sociedad oligárquica, por tanto, la tradición y el nacionalismo está muy arraigado en el imaginario colectivo y; la segunda que los partidos políticos –casi sin excepción- son meras máquinas electorales carentes de un proyecto político programático nacional y de pobre desarrollo ideológico.

Sin embargo, un análisis más profundo sobre los resultados permite evidenciar que la mayoritaria victoria de la ANR sobre las restantes fuerzas políticas del Paraguay denota que en gran medida los vencedores eran figuras nuevas, es decir, jóvenes. Este hecho deja en clara evidencia la exigencia de cambio por parte de la ciudadanía que se expresó mediante la renovación de los liderazgos aguas adentro del partido tradicional y oficialista, la ANR.

Para finalizar, otro factor no menos importante y que no debemos perder del análisis es el hundimiento del PLRA, cuyo presidente Efraín Alegre lejos de fortalecer los valores liberales weberianos y democráticos abrazó las banderas de organizaciones criminales, anti-democráticas y violentas como el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, llevando el partido de la tolda azul a fundirse con los partidos izquierdistas radicales. Estas formaciones han pretendido imponer la agenda de los cárteles neocomunistas trasnacionales a través de la violencia: quemando edificios públicos y privados, bloqueando las vías públicas, etc. En crudo, han pretendido reproducir en Paraguay los lamentables hechos que tuvieron lugar en Chile y Colombia, y afortunadamente no han tenido eco, pues han sido inmensamente rechazados por amplios sectores de la sociedad paraguaya tal como se ha evidenciado en su aplastante derrota en las urnas.

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