«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
LA HISTORIA SE REPITE

La extrema izquierda pretende convertir Chile en la nueva Bolivia de la región

Violenta protestas ultraizquierdista en Chile. Europa Press

La extrema izquierda iberoamericana acaba de dar nuevamente uno de los pasos mÔs importantes de los últimos 30 años en la región, habiendo ganado este domingo las elecciones de delegados para escribir una nueva Constitución en Chile con alrededor del 70% de los escaños. Aunque entre todos ellos hay mucha heterogeneidad, también hay de los que incluso proponen copiar la Constitución de Evo Morales en Bolivia.

Pese a que los resultados no fueron necesariamente una sorpresa para quienes han vivido ya un proceso constituyente como en Venezuela, Ecuador o Bolivia, el hecho de que Chile Vamos -coalición de cuatro partidos de centroderecha y derecha- no haya logrado ni siquiera un tercio de los asientos de la Convención Constituyente que esperaban los mercados, ha incrementado la incertidumbre sobre el futuro chileno de manera considerable.

Para ilustrar inicialmente el problema al que Chile se enfrenta, en la apertura de mercados de este lunes la bolsa chilena se desplomó un 10% y el peso chileno cayó casi un 3,5%, una caída que no se registraba desde el incesante terrorismo de finales de 2019.

Al mismo tiempo, bancos privados de inversión como JPMorgan, Goldman Sachs y Citi se han visto forzados a cambiar sus expectativas, pues antes del domingo parecían mostrarse optimistas: si Chile Vamos obtenía al menos 52 escaños, existía la posibilidad de frenar cualquier propuesta radical para la nueva Constitución.

En este sentido, JPMorgan ha afirmado que ahora ā€œla composición de la Convención Constitucional es peor de lo que esperaba el mercado y aumenta las posibilidades de ver cambios poco ortodoxos en el marco económico incluidos en la nueva Constituciónā€.

Por su lado, Goldman Sachs aseguró que ā€œla nueva Constitución validarĆ” un estado mĆ”s grande e intervencionista y la ampliación de la red de seguridad social para satisfacer las demandas sociales de mejores servicios pĆŗblicos de salud y educación, pensiones mĆ”s altas y menor desigualdad.ā€

Igualmente, Citi tambiĆ©n ha dicho que ā€œes probable que la nueva Constitución reconozca mĆ”s derechos sociales, algo que podrĆ­a impulsar el gasto fiscal y, por ende, los impuestos, haciendo la economĆ­a menos competitivaā€.

Desde luego, estos temores estĆ”n fundados en los temas sobre los que los 1268 postulantes a la Convención Constitucional estuvieron mĆ”s de acuerdo durante la campaƱa, aunque luego serĆ”n definidos una vez que se hayan establecido los 155 escaƱos. 

En un estudio conjunto de las empresa TÔctico y Tironi con base en los planteamientos de los candidatos en sus distintas redes sociales, se encontró que entre los temas que generan mayor rechazo estÔn:

– Chile deberĆ­a pasar a un sistema parlamentario.

– Chile deberĆ­a pasar a ser un Estado Federal.

La nueva Constitución debería rechazar expresamente la independencia del Banco Central.

– La nueva Constitución deberĆ­a eliminar expresamente la independencia de la Comisión del Mercado Financiero (CMF).

– Chile deberĆ­a pasar a un sistema legislativo unicameral.

De la misma forma, entre los temas sobre los que mayor acuerdo existe estƔn:

– La nueva Constitución deberĆ­a reconocer expresamente los pueblos originarios y afrodescendientes.

– La nueva Constitución deberĆ­a asegurar expresamente una mayor participación del Estado en el resguardo de derechos de las personas.

– La nueva Constitución deberĆ­a reconocer expresamente la igualdad de gĆ©nero en derechos, dignidad y deberes.

– Cada región deberĆ­a tener autonomĆ­a presupuestaria.

Claramente, entonces, Chile va a terminar con algunos de los elementos principales de la actual Constitución que han permitido edificar la institucionalidad que permitió a Chile pasar de ser uno de los países mÔs pobres de América Latina hace sólo unas décadas, al país mÔs próspero. Entre estos elementos estÔn:

AutonomĆ­a del Banco Central (CapĆ­tulo XIII).

– Los impuestos no pueden ser manifiestamente desproporcionados (ArtĆ­culo 19, inciso 20).

– Libertad de trabajo (ArtĆ­culo 19, inciso 16).

– Iniciativa exclusiva del Ejecutivo en proyectos de ley que involucran gasto fiscal (ArtĆ­culo 65).

– Iniciativa exclusiva del Ejecutivo para modificar las normas sobre seguridad social (ArtĆ­culo 65).

Dado que el 70% de los escaƱos estĆ”n en manos de las listas independientes –mayoritariamente compuestas por la izquierda extrema–, es de esperarse que lo construido en varias dĆ©cadas en Chile –tanto por polĆ­ticos de derecha como de izquierda moderada– sea sustituido por un libreto por demĆ”s conocido en un paĆ­s como Bolivia.

Por ejemplo, el primer paso para establecer y consolidar el Estado Plurinacional fue la reforma de la Constitución. El segundo paso fue ganar las próximas elecciones. Y finalmente, el tercer paso para garantizar la profunda crisis económica y democrĆ”tico institucional por la que atraviesa el paĆ­s, fue manipular el mandato del Banco Central, estatizar empresas privadas (que incluyen las Administradoras de Fondos de Pensión) y anular las instituciones de control como el Congreso, el Poder Judicial, el Ministerio PĆŗblico y las contralorĆ­as, tomar el órgano electoral, etc.

Como prĆ”ctica permanente estuvo el gasto para favorecer a distintos grupos de interĆ©s que le permitieran a Morales y el Movimiento al Socialismo mantener el poder por medios electorales y –desde luego– atacar a los opositores. 

También financiaron a los miembros del partido y todos sus adlÔteres -que incluyen muchos empresarios cazadores de privilegios- estatizando el negocio gasífero para que las rentas fuesen distribuidas de forma absolutamente arbitraria o convirtiendo el mandato de prestamista de última instancia del Banco Central de Bolivia en prestamista de primera instancia, entre varios otros.

Fue justamente esto lo que provocó el inicio de la desaceleración económica de Bolivia incluso antes de la caĆ­da de la cotización internacional de materias primas de 2014: la pretensión de incrementar todavĆ­a mĆ”s el control del Estado sobre la economĆ­a y extender su mandato de manera indefinida –incluso por encima de la propia Constitución y el referĆ©ndum para tratar de reformarla en 2016–. A esto hay que agregar el monumental fraude de 2019. Es justamente el peligro que estĆ”n advirtiendo los mercados.

Parece ser que Chile pretenda convertirse en la nueva Bolivia de la región.

En todo caso, si de algo sirve como motivo de optimismo, Chile no tiene un personaje tan funesto como Evo Morales ni una región tan difícil de controlar como el Chapare en Bolivia.

AdemĆ”s, en estas Ćŗltimas elecciones se ha registrado una baja participación de los votantes -apenas por encima del 40%-, sobre todo si la comparamos con la participación de algo mĆ”s del 51% en el plebiscito del pasado aƱo. 

Finalmente, aunque tal vez no sea lo mĆ”s probable, Chile todavĆ­a tiene algunas oportunidades para evadir el camino de Bolivia: en caso de que la Convención Constitucional fracase en la redacción final de una nueva Constitución (legĆ­timamente emanada de sus delegados y no de un grupo de ā€œexpertos extranjeros que la tengan listaā€ debajo de la mesa), los ciudadanos todavĆ­a podrĆ”n votar por el rechazo en un eventual plebiscito.

.
Fondo newsletter