«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
LOS INTEGRANTES DEL G4 HAN LLEVADO A LOS VENEZOLANOS A LA DERROTA

La farsa electoral y la necesidad de un nuevo liderazgo opositor en Venezuela

Nicolás Maduro, el tirano venezolano
El tirano venezolano, Nicolás Maduro. Reuters

El pasado domingo se consumó en Venezuela lo que ya sabíamos: la adjudicación de 20 de las 23 gobernaciones del país al régimen chavista a través de unos comicios ilegales, sin condiciones ni transparencia y menos aún verificables. Las tres que quedaron en manos de la oposición fueron otorgadas a individuos cuyo comportamiento ha sido definido como «colaboracionista».

Bastante se les dijo a los dirigentes de los partidos del denominado G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular) que participar en unas elecciones amañadas era un grave error. Desde Venezuela, María Corina Machado señaló repetidamente que estos comicios eran «una simulación» en lugar de unas elecciones reales.

Y desde el exterior, muchas voces también lo advirtieron -incluyendo la del expresidente colombiano Andrés Pastrana, quien les dijo: «Luego de la investigación de la Corte Penal Internacional contra Nicolás Maduro no se explica que haya opositores avalando la farsa electoral del 21-N. ¿Qué parte de delitos de lesa humanidad no entendieron?».

Esa dirigencia hizo oídos sordos y ahora cabe preguntarse cuál es el precio que deberán pagar los opositores complacientes por haber incurrido en este error. El analista Vladimir Petit recogió la opinión de miles de venezolanos cuando escribió en su cuenta de Twitter: «Un claro mensaje del pueblo opositor al G4 hoy: dimisión».

En el mismo tenor se refirió el también analista político George Eickhoff en sus redes sociales al escribir: «He sido profesional y personalmente cercano a Borges, Capriles, Ocariz, Tomás Guanipa. Como amigo les digo hoy que lo correcto, después de este 21-N, sería retirarse de la política y abrir el camino a la generación de relevo (lo mismo vale para otros que conozco menos)».

Por su parte, la defensora de derechos humanos Tamara Suju expresó en su cuenta de Twitter: «Mensaje para los ciudadanos… ayer habló la mayoría de aquellos que no tienen voz… es la Hora del Poder de los sin Poder. Necesitamos una dirigencia política que escuche al ciudadano».

El exalcalde de Caracas, Antonio Ledezma, también se expresó subrayando que el proceso electoral del pasado domingo 21 de noviembre es la muestra de la convivencia de tres tipos de opositores: «El que es cómplice de la tiranía, el que solo le interesa sobrevivir y el que ignora la despiadada naturaleza de la tiranía». Y reiteró su propuesta de conformar «sin demoras un eje de conducción política con marcado acento social, sin sectarismo, libre de infiltrados, con la fuerza ética y moral indispensable» para instalar en Venezuela «un gobierno de transición que, conforme a un pacto de Estado suscrito por los representantes de todos los sectores comprometidos con una estrategia definida, se aboque a la reconstrucción de la nación».

Son muchos los que piden un nuevo liderazgo opositor en Venezuela, puesto que los integrantes del G4 solo han llevado a los venezolanos a la derrota y, en muchos casos, a la traición. De allí la necesidad de convocar a quienes han demostrado capacidad, honestidad y liderazgo en el pasado para que salgan de sus cuarteles de invierno y guíen al país hacia nuevos destinos. Destinos de democracia y libertad.

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