«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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PARA PRESERVAR LA LIBERTAD FRENTE AL RODILLO SOCIALISTA

La lucha que encumbrará a Trump

De manera unánime los medios de comunicación internacionales se han lanzado a proclamar como ganador de las elecciones en Estados Unidos al candidato demócrata Joe Biden, del que han callado toda su corrupción, aunque sepan que no son, como recuerda Marcial Cuquerella, los que deciden qué es legal o no, ni los que declaran presidentes.

Tras la imprudente proclamación, previa a la batalla judicial que anuncia Donald Trump y al posterior pronunciamiento de los tribunales, el consenso globalista, con la sorprendente excepción del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se lanzó este sábado a felicitar a Biden y a su vicepresidenta, la radical izquierdista Kamala Harris. Lo hizo el tirano Nicolás Maduro, la corrupta Cristina Fernández de Kirchner, el agitador comunista Gustavo Petro y hasta las FARC, que pidieron la extradición del terrorista Simón Trinidad.

En España, casi todos. Los partidos del Gobierno socialcomunista, el PP, Ciudadanos… ¡hasta el PNV! La excepción, como siempre, fue VOX. A Pablo Casado, líder de la falsa oposición, le faltó tiempo para unirse a la fiesta progre y dar la enhorabuena a Biden por una victoria electoral que todavía no es tal.

Mientras, el presidente juega tranquilo al golf. Ha prometido batalla y está convencido de que va a vencer. Su equipo repite que los comicios están muy lejos de terminar y que son los votos legales los que deciden al presidente, no los medios de comunicación. ¡Qué obviedad!

Su estoica lucha solo, parte del Partido Republicano ya no está con él, le va a encumbrar, sentencie a su favor o no la Justicia.

En su mandato llevó a su país a cotas de prosperidad económica y creación de empleo desconocidas en 50 años y, pese a la pandemia, dejó en el último trimestre un crecimiento de más del 33% del PIB. Peleó con determinación por el derrocamiento del narcosocialismo en América, impulsando sanciones a altos cargos de estos regímenes. Y su máxima -que repitió hasta la saciedad- fue no dejar de luchar hasta que Cuba, Venezuela y Nicaragua sean libres.

El vanidoso Trump logró decisivos e históricos acuerdos para la paz en Oriente Medio que casi nadie le reconoce y fue el primero desde Jimmy Carter (1977-1981) que no inició ninguna guerra en sus primeros cuatro años (el alabado Nobel Barack Obama ejerció los dos mandatos completos con conflicto armado todos los días).

Y no se amedrentó a la hora de defender el derecho más justo, la vida del no nacido. Suspendió la financiación federal de la multinacional del aborto, Planned Parenthood, y fue el primer presidente en asistir a la Marcha por la Vida, todo un hito.

Hoy todos los americanos son conscientes del fraude electoral, lo reconozcan o no. Mañana la mitad de ellos recordará estos días con profunda tristeza, pero también con admiración hacia un hombre que con 74 años y con todo en contra se propuso preservar la libertad y la Civilización frente al rodillo socialista que amenaza a la mayor democracia del mundo.

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