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Al dedicar nuevas vacunas a los ya inoculados, se está dando al virus más ocasiones de 'extenderse y mutar'

La OMS advierte de que el plan de Biden de la tercera vacuna puede ‘prolongar la pandemia’

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibe la tercera dosis de la vacuna de Pfizer. EUROPA PRESS
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibe la tercera dosis de la vacuna de Pfizer. EUROPA PRESS

Últimamente, la Organización Mundial de la Salud, la misma que echó a rodar esta bola de nieve pandémica que tiene al mundo patas arriba, parece estar recogiendo velas, asustadas por el estropicio. Esta misma semana su director, el presunto genocida Tedros Adhanom, desaconsejaba la vacunación de los niños, y ahora la OMS se pronuncia en contra de priorizar los refuerzos vacunales como estrategia para acabar con la pandemia.

No es que la OMS tenga nado malo que decir de las vacunas, Dios les libre, que tienen que comer; pero defienden que el Primer Mundo, empezando por Estados Unidos, debería permitir que los fabricantes de vacunas distribuyeran una mayor proporción de sus productos en el mundo en desarrollo en lugar de acaparar y dedicar todas las dosis a sus propias poblaciones. Es Ciencia, ya saben.

El Grupo Asesor Estratégico de Expertos en Inmunización (SAGE), que asesora a la OMS en estrategias contra el covid, hizo público el jueves un informe en el que expresa su temor de que programas como el de Joe Biden, que incluye comprar más dosis y abrir más centros de vacunación mientras cientos de miles de dosis se echan a perder sin abrir el precinto, podrían empeorar la situación mundial de la pandemia al aumentar la desigualdad en el acceso a las vacunas. En concreto, el informe afirma que “la administración de amplia base de dosis de refuerzo amenaza con exacerbar el acceso vacunal” al desviar la oferta de los países subvacunados a los que ya tienen un alto porcentaje de población inoculada.

El propio Tedros explicó que los programas como el israelí y el estadounidense pueden hacer más mal que bien, alegando que con un 20% de los recursos vacunales dedicados a refuerzos, los programas de tercera vacunación “probablemente prolonguen la pandemia en lugar de terminarla”. Al dedicar nuevas vacunas a los ya inoculados, se está dando al virus más ocasiones de “extenderse y mutar”. “Ningún país puede escapar de la pandemia a base refuerzos”, concluyó Tedros.

Pero Biden está embarcado con llamativo empecinamiento en su propósito de inocular tres veces (por ahora) a todos los ciudadanos de Estados Unidos. Y no es probable que vaya a tomar nota de lo que dice Tedros porque, entre otras cosas, todo indica que su capacidad cognitiva, que nunca fue para tirar cohetes, va a peor.

Y no es que lo digamos nosotros o algún maldito trumpista, sino el propio Jeff Zeleny, de la CNN, una cadena que se ha distinguido por ocultar y negar rotundamente cada desliz presidencial. David Muir, de la cadena ABC, le hizo una entrevista de 20 minutos al presidente, y Zeleny comentó sobre ella que “en repetidas ocasiones a lo largo de la entrevista, el presidente Biden parecía confundido y confundió las 500.000 pruebas de diagnóstico que ha ordenado con 500.000 pastillas” contra el covid.

En medio de esta crisis, es una verdadera desgracia tener al frente del país un presidente que, según cree la mitad de la ciudadanía, no reúne las condiciones mentales necesarias.

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